No obstante los enfoques divergentes que sustentan las políticas internacionales en materia de desarrollo de la energía atómica, el canciller de Brasil, Celso Amorín, ha ratificado la relación estratégica que une al vecino país con la Argentina en materia nuclear, incluyendo el desarrollo de proyectos productivos.
Este entendimiento es trascendente, teniendo en cuenta que el gobierno del presidente Lula da Silva impulsó con Turquía un plan para controlar que el desarrollo nuclear de Irán no persiga fines armamentistas, el que en principio fue respaldado por EEUU y luego rechazado al intervenir directamente la ONU, una cuestión totalmente divergente con la posición argentina, más cuando se trata de apoyar a la nación persa. Sin embargo, el ministro Amorín ha señalado que Brasil no tiene ni tendrá acuerdos de cooperación en ese terreno con el gobierno de Mahmoud Ahmadinejad y eso lo ha remarcado para que su gestión no sea malinterpretada en el plano regional y en particular en el entendimiento diplomático con Argentina.
El canciller incluso afirmó que personalmente impuso de esta posición al canciller Timerman -antes lo había hecho con Taiana- porque Brasil no está buscando cooperar con Irán en el desarrollo nuclear sino que su intervención se limita a ayudar en un problema que afecta a la paz mundial. Pero eso no tiene nada que ver con una cooperación Brasil-Irán en el área nuclear, que no existe ni fue propuesta, aclaró. Concretamente, Brasil no quiere en absoluto cooperar con Teherán en el desarrollo atómico. Tampoco Lula reclama una postura conjunta entre Brasil y Argentina en este tema, como ocurre en el G20, ya que se trata de percepciones diplomáticas diferentes y condicionantes de cada país que se deben respetar.
Lo importante es la cooperación argentina-brasileña en el área nuclear como pilar de la relación estratégica de dos socios importantes, que a juicio de Amorín no sólo se refiere a la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de material nuclear sino que incluye proyectos productivos en el uso pacífico de la energía nuclear.
Se trata de una relación estratégica con acciones acciones conjuntas como los planes en el sector espacial y satelital, con transferencia de tecnología y competitividad transparente.
