Es necesario considerar el desarrollo de los viveros existentes para posibilitar campañas de forestación en nuestra provincia.


La tala de árboles indiscriminada, y la apatía que se advierte en el cuidado de nuestras arboledas nos lleva necesariamente a pensar y repensar en la urgencia de reforestar, tema que ya fue tratado en este espacio. Urge plantar árboles, de lo contrario la travesía -ese paisaje descripto por Domingo F. Sarmiento- ganará espacio y más espacio. El tema de plantar árboles nos lleva a pensar en los viveros, cuyo objetivo fundamental es la producción de plantas y de ahí propagar las especies botánicas. En la historia local hay ejemplos que fundamentan esta consideración. Sin duda alguna, en el pasado siglo, uno de los hombres que más se preocupó por el tema de la forestación y viveros fue el Dr. Federico Cantoni. Un ejemplo de lo dicho se refleja en la creación de las escuelas del Hogar Agrícola y la Escuela Normal del Hogar Agrícola, actualmente Escuela Superior General San Martín. Retomando el tema de los viveros, en la Historia de San Juan, de Carmen Peñaloza y Héctor Arias, se expresa en relación a lo dicho: "La ampliación del Parque de Mayo, la creación de los viveros regionales de Chimbas y Jáchal (...) el apoyo prestado a la obra hidráulica, etc., fueron jalonando el hacer cotidiano''.


Puntualmente, para levantan el vivero de Chimbas, y siguiendo a la historiadora Ana Fanchin expresa que el vivero de Chimbas se levantó en terrenos adyacentes a la Cárcel Pública. "Para poder cumplir con lo dispuesto fue preciso preparar el terreno (...), se debieron retirar piedras y nivelar. Se abrieron profundas zanjas que eran rellenadas con basuras, traídas en carros desde la ciudad, para generar humus y mejorar la calidad de los suelos (...). Además, en 1924, se trajeron desde Buenos Aires alrededor de 120.000 plantines de diferentes variedades entre moreras, paraísos, pimientos, plátanos, eucaliptos y frutales que fueron distribuidos en toda la extensión del vivero que superaba las 10 hectáreas (...). Entre estos trabajos se incluyeron tres hectáreas, en las playas del río, con estacones de mimbre, caña común y tacuara que serían muy útiles como defensas naturales (...) Al vivero le cupo también, una importante colaboración con la forestación de las calles que se iban habilitando en del departamento de Chimbas, Capital y departamentos circunvecinos (...) Aún hoy los vecinos de Chimbas rememoran los perales que bordeaban Av. Benavídez...". Lamentablemente por los avatares políticos y por el desinterés y la poca visión de algunos funcionarios, este vivero achicó sus dimensiones, dejando de cumplir las funciones vitales que tenía.


Urge en nuestra provincia implementar o acentuar políticas en este rubro. Que sirva de ejemplo nuestra propia historia.

Por el Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magister en Historia