Luego del resultado de las elecciones primarias, de las finales de medio término, de cómo quedó la composición de las dos Cámaras del Congreso y del comportamiento de la coalición Juntos por el Cambio, se vuelve a hablar de las figuras que podrían representar a ese sector en las elecciones de Presidente de 2023. La lista no es infinita pero tampoco tan pequeña y en ella aparece el nombre del expresidente Mauricio Macri. Algunas consideraciones al respecto. Al margen de cualquier opinión sobre la figura o lo que representa, no es común que alguien que siendo presidente en ejercicio haya perdido la reelección luego gane otra. En la Argentina nunca ocurrió. Julio Argentino Roca fue dos veces presidente, transmitió el mando a su cuñado Juárez Celman en época en que el mandato era de seis años sin reelección consecutiva, había que esperar al menos un período. Roca esperó tres, dieciocho años. Yrigoyen volvió a ganar después de haber cedido el mando a otro radical, Marcelo T. de Alvear, Perón reformó la Constitución y se permitió la reelección consecutiva, ganó en 1952, Carlos Menem, luego de otra reforma de la Ley Máxima, fue reelecto por cuatro años más en 1995, Néstor Kirchner cedió el puesto a Cristina quien ejerció desde 2007 y fue reelecta en 2011 y de ahí hasta ahora. Macri fue el primero en perder la reelección estando en ejercicio, eso no quiere decir que no pueda volver, simplemente que desde 1853, nunca ocurrió. La gestión de su gobierno no fue sencilla. Se propuso arreglar la macroeconomía, algo que la gente común no entiende de la misma manera en que un chico no entiende la ventaja de ir a la escuela frente a la tentación de jugar a la pelota. No estaba dada la situación. El país navegaba a bordo del Titanic pero adentro se continuaba bailando. Un amigo economista me dijo alguna vez: "Sólo cuando la gente se está ahogando acepta que le tires cualquier cosa que se parezca a un salvavidas". Nadie creía que nos estábamos ahogando. Cristina recibió de su esposo Néstor, izquierdista en el discurso pero conservador en los hechos, superávits gemelos, comercial y fiscal, vendíamos más de lo que comprábamos y recaudábamos más de lo que gastábamos. Es bueno diferenciar a Néstor de Cristina. Cristina no sólo cambió esta ecuación virtuosa sino que agotó todas las cajas disponibles, Anses y reservas del Banco Central.

Alguien dentro del gobierno de Macri evaluó el caso y aconsejó: "Si hacemos de golpe lo que se debe hacer, vamos directo al helicóptero" en alusión a cómo fue la salida de Casa de Gobierno de Fernando de la Rúa. Comenzó el plan llamado "gradualismo" en oposición a los llamados planes de "shock" en que se propina un sólo y completo golpe duro de una vez y para siempre. Es lo que aconsejaba Maquiavello, hacer todo el primer día y luego no molestar más. Entre la posibilidad real del helicóptero y una mala noticia cada día, se eligió lo segundo, intentando preservar la gobernabilidad, premio que se consiguió, Macri fue el único presidente no peronista que pudo terminar su mandato. En Argentina no es poca cosa, es a lo que aspiró Raúl Alfonsín sin conseguirlo. En este eventual "Segundo tiempo" como titula su libro, las cosas tampoco vendrán fáciles. Recordemos que Macri hizo una proeza que antes habían intentado otros sin éxito, armar un partido nuevo ajeno al peronismo y al radicalismo, ganar en un distrito grande como la ciudad de Buenos Aires y luego dirigir una coalición variopinta, que consiguió derrotar al kirchneperonismo aunque, recordemos que por muy poco. Algo también interesante fue que comenzó a separar más que entre partidos, entre dos visiones del país, una, mirando como ejemplo a Venezuela y Cuba, y otra al mundo desarrollado. Así algunos peronistas como Emilio Monzó e incluso el actual Diego Santili, que acaba de ganar en la indómita provincia de Buenos Aires o la propia Patricia Bullrich, que reconocen un pasado peronista, cruzaron de bando y se sumaron al nuevo frente. La última adquisición en esta dirección fue el Senador Miguel Ángel Pichetto. Tienen razón quienes afirman que la próxima batalla será cultural dado que más allá de las recientes elecciones, en JxC conviven tensiones ideológicas diversas y a veces contrapuestas, unas más a la centroderecha y otras a la socialdemocracia. Ambas parecen unidas sólo por la confrontación con el Cristinismo; "no nos une el amor sino el espanto" hubiera dicho Borges. En algunos casos, ciertas figuras parecen preferir la ética de los principios a la ética de la responsabilidad. La ética de los principios abona el pensamiento de quienes vienen del radicalismo, "que se rompa pero que no se doble" escribió Alem en su carta suicida. Carrió, Stolbizer, López Murphy fueron algunos de los que rompieron, ahora se agrega Martín Loustou aunque haya roto sólo del bloque de diputados nacionales. Enfrente tienen al viejo y nuevo peronismo, cuya habilidad principal es conseguir y mantener el poder, sea que haya que girar a la izquierda como Cristina o a la derecha como Menem. En esta semana en el Congreso, se ha hecho evidente esta dualidad, el pragmatismo esforzado por ganar para lo cual hace falta sumar, o los principios de sostener algunas promesas de campaña. Intendentes que prefieren preservar su fuerza territorial con reelecciones indefinidas y legisladores algo indisciplinados a la hora del voto o de dar el quórum. ¿Podrá ser Macri quien ordene esa tropa? Curiosamente algunos díscolos surgieron de su propio partido, como los dos que viajaron por compromisos sociales a Alemania y Miami permitiendo el triunfo del oficialismo en algo tan delicado como los impuestos. Por ser expresidente se entiende que es quien debiera ser más respetado para imponer algo de autoridad y unificar o verticalizar decisiones. ¿Se prestará a asumir un rol a veces antipático pero imprescindible? Ya ha sido una proeza mantener un conjunto que funcionó como alianza electoral y siguió unido en la oposición. Desde ese lugar, aun con el aliento de dos triunfos recientes, les resta un largo camino de dos años y enfrente hay gente que sabe de qué se trata la cosa, que conoce todas las mañas y secretos de la política y que no se va de viaje al momento de una votación importante. ¿Macri candidato? Falta mucho.