Un sano criterio indica que la austeridad en el gasto, la actitud previsora frente a las circunstancias desconocidas que puede demandar el futuro, son conductas propias de un gobernante criterioso en el manejo de los dineros públicos.

Enunció la información periodística del pasado lunes, "el titular de Economía, Sergio Massa, criticó a los ministerios que tienen fondos en bancos y piden recursos". Luego agregó, "las provincias, a mayo, tenían el equivalente al 52% de la coparticipación del mes guardada en bancos". Sin embargo, el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, lo contradijo según la prensa, al afirmar: "Este es el mejor resultado fiscal primario y financiero de las provincias como balance consolidado. Significa que tienen resultados positivos desde el punto de vista fiscal primario y financiero, con deuda reestructurada y capacidad de amortización de los servicios de capital de intereses, con alta proporción en inversión pública". 

Esta posición de Massa, frente a las provincias que tienen fondos en plazo fijo, revela la confusa visión macroeconómica que maneja el nuevo ministro. Castiga al previsor y premia al gastador. Todo lo contrario de lo que dejó entrever en su primera conferencia de prensa, a partir de la cual se despertaron algunas esperanzas. Un sano criterio indica que la austeridad en el gasto, la actitud previsora frente a las circunstancias desconocidas que puede demandar el futuro, son conductas propias de un gobernante criterioso en el manejo de los dineros públicos.

¿Qué se puede sostener en su contra? ¿Acaso que no cumple con obligaciones mínimas de todo funcionario, atrasa o posterga obras, sub ejecuta el presupuesto? Puede ser. En todo caso habría que revisar si es así, porque sería condenable que no llegue a la población con la cobertura indispensable para sus necesidades. Solo por acumular dinero en un plazo fijo, consagrando una conducta mezquina y avara.

La posición de Massa, frente a las provincias que tienen fondos en plazo fijo, revela la confusa visión macroeconómica que maneja el nuevo ministro. Castiga al previsor y premia al gastador. 

EJEMPLO DE SAN JUAN

Tengo conocimiento, por ejemplo, que desde tiempos de la gobernación de José Luis Gioja, temperamento que ha mantenido el actual gobernador, Sergio Uñac, San Juan mantiene en reserva aproximadamente el equivalente a tres grillas salariales completas. Eso es saludable, sin lugar a dudas. Da seguridad. Despierta confianza el gobernante austero, pero que, a la vez, acierta en la asignación de partidas en conceptos, que hacen que la provincia avance en el cumplimiento de sus obligaciones mínimas.

Desconcierta el ministro Massa con esa aseveración. Pareciera que ser precavido es un pecado, frente a la desesperación de quienes no pueden verse con un peso en el bolsillo, y no dudan un instante en gastarlo. Por supuesto, siempre que se trate de dinero ajeno, como son los dineros públicos. Después, cuando por algún u otro motivo, los fondos escasean, no paran de darle a la maquinita de hacer dinero, o caen en endeudamientos, y "que lo pague Dios".

En los primeros meses de pandemia, hubo dos hechos que pusieron en evidencia la actitud responsable de nuestro actual gobernante, como así el de Mendoza. Lo supe por noticias periodísticas, que coincidiendo el gobernador Uñac con el entonces ministro de salud de la nación, Ginés González García, en un viaje por Chile, Uñac le adelanto al ministro que tenía reservas como para comprar 1.800.000 vacunas, para asegurarle a su población la aplicación de al menos dos dosis. El doctor Ginés no lo dejó. Argumentó que esas compras serían concentradas por la Nación. 

En realidad, desde que se dieron a conocer los avances más adelantados de las diferentes vacunas contra el covid-19 fueron varios los gobernadores que intentaron avanzar en negociaciones para comprar con finanzas de sus provincias la mayor cantidad de dosis posibles para inocular a los ciudadanos de sus distritos. Todo empezó y terminó entre los últimos meses del 2020 y en enero del 2021.

Fue el Gobierno nacional el que les informó a los mandatarios, oficialistas y opositores, que sólo el Estado Nacional adquiriría ese material crucial para mitigar el avance de la pandemia. San Juan, su gobierno, podía encarar ese proyecto porque contaba con los fondos y solo la oposición firme, e interesada según se supo luego, del ministro de la Nación por unificar en su ministerio todo el manejo de las vacunas, evitó que nuestra ciudadanía contara con vacunas mucho antes que la Nación. Ni que hablar, es contra fáctico, de las muertes que pudieron evitarse en San Juan si acaso Uñac no tropezaba con esa traba.

OPOSICIÓN A SANJUANINOS Y MENDOCINOS

El gobierno de Mendoza, recuerdo que aún antes de que llegara la pandemia, había dispuesto la compra de una gran cantidad de respiradores a una firma de Córdoba, adelantándose a los acontecimientos. Pero el inefable Ginés también se opuso. 

Después, hacia mayo de 2021, la posible compra de vacunas contra el covid-19 por parte de San Juan avanzó luego de que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, diera luz verde en un anuncio el 7 de abril de ese año, cuando dijo que "tanto las provincias como el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires podrían comprar vacunas por su cuenta". A esta altura, era evidente la escasez de vacuna en todo el mundo. Se intentó la compra, se giró una cantidad millonaria de euros, pero el embarque no vino y hacia agosto de 2021 se verificó la devolución de esos importes.

Para decisiones como esta sirve tener dinero en reserva. No es bueno castigar al que sigue este criterio conservador, como tampoco es justo inflar los presupuestos de los malos administradores, para quienes siempre hay auxilio para sus desatinos en el manejo de los fondos. Ni qué hablar de los desbalances notorios que se han denunciado por parte de las provincias, con relación a los subsidios del transporte.

 

Por Orlando Navarro
Periodista