La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es, como los diferentes organismos específicos de las Naciones Unidas, una de las referencias estadísticas más confiables sobre la marcha de la evolución socioeconómica. Este trabajo se difunde puntualmente, incluyendo los índices de crecimiento y su proyección mediata en cada uno de los países y de la región en su conjunto.
Si bien la CEPAL, a diferencia del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de consultoras internacionales, suele ser más cauta y hasta con cierto optimismo al publicar sus pronósticos, en el caso de la Argentina ha encendido las luces de alerta frente a los números aportados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y se plante dudas acerca de la veracidad de los informes mensuales.
Por ello, y en un giro sin precedentes, la CEPAL resolvió compatibilizar los cálculos inflacionarios del INDEC con los elaborados por los institutos estadísticos de Neuquén, San Luis, Santa Fe y Tierra del Fuego, de manera de tener un panorama nacional más ajustado a la realidad en cuanto a la evolución de los precios de los productos de consumo masivo. Debe recordarse que el instituto nacional releva precios en la Capital Federal y el conurbano, y desde 2007 ha dejado de sumar a sus cálculos a los estudios de diferentes jurisdicciones del país, como se hacía hasta ese año.
Al respecto, la CEPAL aclaró en su reciente publicación Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2013, que ”en la Argentina, las estimaciones de institutos estadísticos provinciales son indicativas de una inflación elevada. La tasa de inflación media informada por las provincias donde se realiza una medición mensual del índice de precios al consumidor (Neuquén, San Luis, Santa Fe y Tierra del Fuego) fue del 20,5% en 12 meses a abril de 2013”. En cuanto al crecimiento de nuestro país en 2013, espera que la economía crezca 3,5%, por encima del promedio regional de 3 por ciento.
Es de esperar que los cuestionamientos al INDEC se superen pronto, cuando comiencen a producirse los nuevos índices aportados por diferentes universidades nacionales, de acuerdo a los convenios celebrados, tendientes a darle credibilidad a los relevamientos que luego vuelca a sus informes periódicos la dependencia nacional.