Se ha comprobado que los niños en edad escolar no desayunan correctamente y que esto no sólo se debe a problemas económicos, sino a la falta de tiempo entre levantarse y concurrir a la escuela. Este problema alimenticio, que en el futuro provoca numerosos inconvenientes para la salud, ha sido advertido por la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas, por lo que desde el Ministerio de Salud de la Nación se ha recomendando "reforzar el hábito del desayuno”.
Algunas encuestas a nivel nacional han determinado que un elevado porcentaje de chicos acostumbran desayunar con gaseosa, jugos sintéticos o "chizitos", mientras se preparan para concurrir a la escuela, un mal hábito que cuesta erradicar.
Si bien uno de los últimos relevamientos realizados en el país ha establecido que un 86% de los niños acostumbra a desayunar, sólo el 45% lo hace con leche o yogur, que es lo recomendable, y un porcentaje menor a la mitad de ese valor, incorpora frutas, también muy importante en una dieta equilibrada.
El desayuno es desde la perspectiva fisiológica la comida más importante del día, porque interrumpe el período de ayuno de la noche. De ahí la raíz del nombre tanto latino como anglosajón que expresa "quebrar o romper el ayuno”. Además se considera al desayuno como la mejor oportunidad para fortalecer el hábito de consumo de lácteos que, como se ha informado, es inadecuadamente bajo en la mayoría de los niños a partir de los cinco años de edad, momento en que es aconsejable la incorporación de calcio para el desarrollo óseo. Crear el hábito por las frutas también es de fundamental importancia, por los beneficios en el metabolismo general.
Un desayuno adecuado es para los niños un aliado importante del proceso educativo, ya que hay pruebas que han determinado que los escolares que desayunan correctamente mejoran su capacidad de atención. Todo esto lleva a concluir que reforzar el hábito del desayuno es de fundamental importancia para evitar en los niños el origen de enfermedades como obesidad y sobrepeso, que en la edad adulta derivarán en varias patologías como la hipertensión, diabetes y dislipemia.
Trabajar en la prevención generando hábitos alimenticios en la niñez, es la mejor opción para cuidar la salud y evitar males crónicos.