Plaza 25 de Mayo, ícono histórico de San Juan.


Las ciudades fueron creadas por el hombre, siempre presente en su mente de hacerlas más grandes, cambiar su formato según las necesidades de su población. Por ello es uno de los principales testimonios de una cultura que la construye, modelan sus espacios todos los días. La ciudad de San Juan fue creada en un espacio del desierto y oasis, conformado este por un solo río, que fue acercado por obra de sus habitantes a los sitios para su utilización y así doblegando al desierto. Por ello, cuando llegamos a su corazón, la Plaza 25 de Mayo, podemos ver toda la transformación que él logra en el desierto; árboles con espléndidas sombras, que amortiguan el calor del verano y en invierno nos permiten que el sol nos entibie, purificando al ambiente. Además, la obra del hombre con los edificios, sus calles, todo lo que puede mostrarnos su historia, toda su gente, sus ruidos, caminar por sus anchas veredas, mirar las vidrieras de todos los negocios en el centro comercial, tradicionales cafés, costumbres traída por los inmigrantes españoles, restaurantes con comidas típicas e internacionales. Y, si nos alejamos un poco, los barrios y sus importantes conexiones. El paisaje fue cambiando desde el 13 de junio de 1562, fecha de su fundación, habitada desde épocas primitivas por los huarpes, luego por los fundadores, los inmigrantes, con embates de la naturaleza como inundaciones y terremotos. Pero el hombre siempre lo resistió y comenzó de nuevo, realizando obras como la red de canales y distribuirlos por todo el Valle de Tulum. También tuvo hombres que además de cultivar la tierra, educarse y educar, lucharon por su independencia y fue el corazón de la misma, con San Martín, Laprida y Fray Justo, Ignacio de la Roza, Aberastáin y el Gran Maestro Domingo Faustino Sarmiento. También se suman las damas sanjuaninas, comenzando por doña Paula, y las que acompañaron a los hombres, padres, hijos, en el trabajo y en las luchas. Por todo ello, siempre que caminamos por sus calles podemos sentir y ver el pasado y el presente, comprenderlo en cada etapa de su vida, con todos los cambios y embates. Es difícil no comprender una ciudad como ésta luego del relato. Relato que es necesario, para que no solo vean edificios y calles, sino que en cada uno desde el nombre hasta su construcción tiene explicación. Una ciudad se la planifica. Por todo ello San Juan es una ciudad ordenada, de fácil orientación por los puntos cardinales o por la naturaleza que nos marca los límites del Valle de Tulum donde esta ciudad se ubica, limitado por las Sierras de Zonda en el Oeste, el Villicum en el Norte, Pie de Palo en el Este y el Cerrillo al Sur. Cada punto cardinal también tiene un relato histórico y geográfico. Como también el sistema de riego que llega hasta ella, para sobrellevar el desierto, que se puede observar y seguir desde el embalse de Ullum, el dique Nivelador José Ignacio de la Roza con sus sistema de funcionamiento, entre otros. Una ciudad que se conformó y mejoró después del terremoto de 1944. Tiene sitios históricos, arte, museos, grandes colegios, universidades, teatros, auditorio, parques, plazas y rutas internas tal como la Circunvalación que comunica todos los centros de la ciudad y la Rutas nacional 40 que la comunica con otros departamentos y provincias de norte a sur y viceversa. La ciudad de San Juan, tiene historia, relatos y memoria, que asombran a quienes nos visitan y lo expresan con asombro.

(Más información: San Juan, la ciudad y el oasis. Autor Dora Roitman).

Por María Teresa Forradellas
Licenciada en Turismo