Los senadores guaraníes, en una nota grata de fin de año para los endebles valores democráticos de la región, insistieron en supeditar los supuestos beneficios económicos que se derivarían de la integración de Venezuela a su cumplimiento con los compromisos democráticos regionales.

Los presidentes Cristina de Kirchner, Dilma Rousseff, Fernando Lugo y José Mujica actuaron de abogados de su colega Chávez, tratando en resaltar el potencial de Venezuela, así como de Ecuador, que podría cambiar su estatus de asociado en el bloque, por el de socio activo. Sin embargo, el Senado paraguayo se mantuvo firme en condicionar esos "beneficios económicos'', al cumplimiento de reglas democráticas que constan en el Tratado de Asunción de 1991.

Pese a todas las presiones, los senadores guaraníes desde hace cinco años ofrecen razones de peso para bloquear a Chávez. Consideran que su gobierno autocrático, personalista, con prácticas contra la libertad de empresa, intolerante a la libertad de prensa y de propaganda anti estadounidense, exacerbaría el nacionalismo y pudiera poner en riesgo las bases fundamentales del Mercosur, así como acuerdos comerciales futuros tal el que se está gestando con la Unión Europea.

En un guiño político a Chávez, el presidente uruguayo Mujica buscó un atajo, pero los legisladores paraguayos, con el apoyo de Lugo, insistieron en que se respete la facultad de los poderes legislativos para aprobar nuevas incorporaciones. Chávez también fue bloqueado por el Senado de Brasil desde que su incorporación política fue aprobada por los presidentes del Mercosur en 2006. Tres años después, en diciembre de 2009, los senadores brasileños cambiaron de parecer en una estrecha votación a favor de Chávez promovida por el ex presidente Inácio Lula da Silva.

Antes de marcharse de Montevideo, Chávez lanzó su ataque dialéctico contra las "manos negras'' que estarían actuando detrás de los senadores paraguayos, quizás de Barack Obama a quien calificó de "farsante'', porque criticó la falta de garantías democráticas en Venezuela en declaraciones al diario caraqueño El Universal. Chávez quiere que los paraguayos se concentren en los beneficios económicos que atraería al Mercosur, como si las decisiones políticas no fueran las que inciden sobre la economía. Y el bloque ofreció varias señales políticas en ese sentido en esta cumbre, como el acuerdo de libre comercio firmado con Palestina y la decisión solidaria con la soberanía de Argentina, para no permitir a ningún barco con bandera de las Islas Malvinas recale en puertos del Mercosur, que incluirían también a los de Chile, Colombia, Ecuador y Perú, países asociados.

La incorporación de Venezuela y de otras economías de la región será muy beneficiosa para que el Mercosur conforme un bloque más competitivo a nivel global. Pero también es positivo que se condicione esa integración al cumplimiento de los valores democráticos, sin ningún tipo de atajo político, en especial cuando la Carta Democrática Interamericana de la OEA es ignorada.

Tarde o temprano, el gobierno venezolano se las ingeniará para ser parte del Mercosur. Pero, mientras tanto, la garra y valentía de los guaraníes sirve para reforzar que las violaciones a los derechos humanos, la persecución política y la intolerancia a las libertades son obstáculos insalvables para cualquier saludable integración democrática.