La recesión en Estados Unidos, con índices históricos de desocupación, y la presión contra los indocumentados, produjeron un giro histórico en la ola inmigratoria que llevó a más de doce millones de mexicanos a suelo estadounidense. Después de cuatro décadas de incesante y peligroso flujo migratorio, la ilusión de alcanzar el "sueño americano”, con una vida digna, se esfuma. Ya nadie quiere trasponer la frontera y, por el contrario, se ha invertido el éxodo, según la organización Pew Hispanic Center. Señala que desde la Gran Depresión de la década del "30 y desde 1970 hasta el año pasado, nunca hubo una situación inversa como la actual. Es así que entre 2005 y 2010, el número de mexicanos que cruzó a Estados Unidos cayó a la mitad respecto de los cinco años anteriores; en 2011 directamente se frenó el tráfico clandestino y este año miles de mexicanos emprendieron el retorno a su país. Entre los factores determinantes están la débil recuperación de la economía norteamericana y el mejor desempeño económico de México en los últimos años, con mayor ocupación y mejores condiciones laborales. Además, pesan las deportaciones masivas de indocumentados con un récord histórico en 2005 de casi 400.000 personas; las infranqueable seguridad fronteriza y el acoso de leyes medidas discriminatorias contra los latinos. más la campaña presidencial con propuestas xenófobas, como la persecutoria ley de Arizona, frenada por la Corte Suprema, por su tinte inconstitucional.
Pero las decisiones de emigrar o volver las impulsa la economía, y no sólo en el caso mexicano sino en todos los latinos que están soportando el clima recesivo de los EEUU mientras observan que Latinoamérica sale indemne de la crisis que azota al primer mundo.
