La visita de tres días a San Juan del ministro de la Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, puso en evidencia varios temas: primero la cercanía que tiene Sergio Uñac con el Presidente y todo su equipo de gobierno y, por el otro lado, que en la disputa "Alberto-Cristina" el sanjuanino confirmó su afiliación para el lado del Primer Mandatario, lo mismo que casi todos los gobernadores de este heterogéneo oficialismo nacional. Un poco por necesidad y otro poco por coincidencias de pensamiento: después de varios años de kirchnerismo nacional encima y con Uñac transitando la mitad de su segundo mandato, los sanjuaninos podemos firmar en cualquier parte que Uñac no coincide en muchas cosas con la Vicepresidenta y su team. Al menos no en los hechos. Esto no es algo nuevo, pero sí se nota cada vez más: aún recuerdan algunos productores cuando Uñac, siendo intendente de Pocito, se opuso públicamente a la Resolución 125, en plena disputa de CFK con el campo argentino. No hacía falta aquélla maniobra del pocitano, pero lo quiso hacer. Lo hizo. El resto, es política de elecciones. 


En el gobierno provincial tenían para celebrar que en tres semanas pasaron por San Juan cuatro ministros nacionales para ver cómo y en qué se podía ayudar tras el terremoto del 18 de enero. Acercaron ayuda, el ministro de Educación de la Nación, Nicolas Trotta (al que el sismo lo encontró en San Juan), el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis (que pudo ver los daños en la misma ruta nacional 40); el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi (para avanzar en el plan de 1.800 viviendas que en forma urgente se necesitan); el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo (que, en realidad, firmó en San Juan un acuerdo que ya se había firmado) y el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas (que llegó con un paquete de 400 millones de pesos para apoyar a los sectores productivos). Todos muy políticos, comprendieron en forma rápida que si su jefe, el Presidente, había llegado a pocas horas luego del sismo a la tierra de Sarmiento, era "casi suicida" no readecuar sus agendas para asistir al pedido de Sergio Uñac y buscarle la vuelta o alguna solución para los sanjuaninos. Todo tiene que ver con la política. 

San Juan renueva las tres bancas de diputados nacionales que hoy ocupan Walberto Allende, Francisco Guevara y Eduardo Cáceres. Al margen de esos nombres queda claro que el liderazgo del Gobernador le permitirá buscar la mejor estrategia con los que estime mejores candidatos sin la presión por ejemplo de un José Luis Gioja, cada vez más marginado del ejercicio del poder y en especial por la paliza interna que le dio Sergio Uñac en las elecciones partidarias del año pasado. El exgobernador no tiene que ser candidato y ya no tiene poder para presionar por uno de los suyos en las listas y eso, indudablemente, es un alivio para el actual Presidente del PJ sanjuanino. Lo descomprime por un lado, pero también lo exige mucho más, por el otro: tiene que ser la mejor elección de todas las que participó y eso es lo que le dará o no esperanza para el famoso tercer mandato consecutivo, que es la pregunta que ordena hoy a la política sanjuanina. Muchos dicen que el pocitano es un hombre de suerte, pero no es tanto así: llegó a gobernador, pero le tocó compartir gestión con un presidente de otro palo político. Después apostó por Fernández, pero se vino la pandemia y todo se fue por la borda. Y ahora que la pandemia (parece), empieza a ver su fin, ese mismo presidente no logra timonear el barco, asediado por una feroz interna que tiene al país subdividido en varios pedazos: ya no es sólo la grieta entre macristas y kirchneristas, ahora se suman los "massistas", los "albertistas" y vaya saber qué otros se sumen en este año electoral. La supuesta suerte del sanjuanino es al menos discutible. 


Kulfas, el minero


Sólo uno de los ministros nacionales que pasaron por San Juan se quedó tres días. No lo hizo en ninguna otra provincia argentina. Kulfas aceptó la invitación de Uñac y de Alberto Hensel para ser el único ministro de la Nación que subió a Veladero a conocer una mina en la que trabajan 2.000 personas y más de mil proveedores, convirtiéndose en una pequeña ciudad de la cordillera. En carpeta iba el impacto económico y social de un yacimiento de esta naturaleza.


Desdibujó esa subida la decisión a último momento de bajar la presencia de periodistas para acompañar esa histórica visita. Unos dicen que eso ocurrió por presiones oficiales y otros aseguran que fue para no confrontar con los sectores más duros del kirchnerismo, que rechazan a la actividad minera dentro del mismo gobierno nacional y que están dispuestos a mantener esquemas arcaicos de dádivas o promesas de subsidios antes que discutir seguridad ambiental, inversiones, trabajo y crecimiento, como parece estar pasando en la Meseta, en Chubut. En esa provincia el gobernador Mariano Arcioni ha enviado un proyecto para aprobar el desarrollo de la minería en zonas. Esa iniciativa iba a ser tratada el viernes, justo el día de Kulfas en Veladero, pero finalmente le frenaron la maniobra a Arcioni y todo quedó en stand by. En diarios nacionales aseguran que la minería chubutense ha quedado en medio de las peleas entre CFK y Alberto: ella no quiere y la frena, dicen por cuestiones electorales, y él le dijo al mandatario que avanzara. Y Kulfas en el medio. 


Se sabe que Kulfas es uno de los pocos ministros peronistas/albertistas que quedan y, dicen en la Casa Rosada, "hay que cuidarlo". Quizás eso justifique el plantón a los periodistas, no lo sé.


Lo cierto es que la decisión del sanjuanino de apechugarse al lado de Alberto está dando resultados en lo institucional. La gestión pública de Uñac va bien, tiene alta aceptación en la provincia y es uno de los gobernadores con mejor imagen. Es más, llegó a ser el de mejor imagen de todo el país. El problema en este esquema es la política: con Cristina el que no es amigo, es enemigo. Y a ciencia cierta no se sabe cuál es la relación entre Alberto y ella. Y, para colmo, este año es de política pura.