El problema de los accidentes de tránsito en San Juan no es nuevo y, tal vez por eso, o por alguna otra desconocida razón, parece ya no preocupar demasiado ni a los conductores, ni a las autoridades del Ministerio de Gobierno. Según estadísticas elaboradas por este medio, el año pasado hubo 136 muertes en siniestros de tránsito en todo San Juan. En cambio, y sólo por hacer una comparación, en Capital Federal cerraron 2012 con 96 decesos, según datos publicados por la asociación civil Luchemos por la Vida. Los números son escalofriantes por una simple razón: en Capital Federal viven 12.806.866 personas contra los 681.055 que somos en San Juan. Falta de conciencia, falta de compromiso, falta de apego a las leyes, falta de controles, falta de ideas, falta de trabajo, todo puede ayudar para este fatal drama sanjuanino. Parece que el problema es crónico, ya que año a año -salvo 2012- la cifra de muertes en las rutas y calles va subiendo. Entonces, ¿podremos cambiar alguna vez la historia? Para responder esa pregunta, un dato: la ruta 20 se cobró 6 vidas en lo que va de 2013, contra 3 que hubo en igual espacio de tiempo el año pasado. Los policías coinciden en que el mayor problema en esa ruta es la velocidad de los vehículos porque, dicen, está bien señalizada y en buen estado. A su vez, admiten que sólo tienen 2 radares en toda la provincia para controlar que los vehículos no excedan el máximo de velocidad permitido (ver página 12). Por un lado admitimos el problema, y por el otro no tenemos con qué atacarlo.
La legislación
Según un informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) este año, Argentina adaptó leyes para combatir la problemática de los siniestros viales y se encuentra en el grupo de naciones que al menos han hecho algo al respecto, incluso entre las más avanzadas. Por ejemplo, aquí hay legislación sobre el uso del cinturón de seguridad, también sobre los cascos de motociclistas y, además, sobre el nivel de alcohol en sangre permitido para manejar un vehículo, entre otras normativas. En muchos sitios del planeta esas reglas no existen o son obsoletas. En el caso de la alcoholemia, una de las faltas con mayor incidencia en los accidentes, la legislación argentina es una de las más rigurosas del mundo: acá el límite es de 0,05g/dl, mientras que en otros lugares ni siquiera hay topes. Es decir, las leyes de este país están acorde con lo que ocurre en lugares donde el tránsito no es un problema grave, aunque para los argentinos, y particularmente para los sanjuaninos, sí lo es.
Una costumbre
Según la OMS, "las lesiones causadas por el tránsito son la octava causa mundial de muerte, y la primera entre los jóvenes de 15 a 29 años. Las tendencias actuales indican que, si no se toman medidas urgentes, los accidentes de tránsito se convertirán en 2030 en la quinta causa de muerte". Si bien la toma de conciencia sería la solución definitiva, es de seguro que ese estado va a surgir luego de haber ajustado al máximo las penas por no acatar las normas. Para que eso ocurra la Policía debe encontrar a los infractores, y para que eso finalmente pase, los policías deben estar en las calles. No hay estadísticas de controles, ya que en la Policía dicen que no dan estadísticas ni información al respecto, pero un simple juego puede confirmar esos datos y la falta de controles. Los lectores de esta columna pregúntense y hagan lo mismo con sus personas más allegadas: ¿cuántos controles de tránsito les hicieron desde que conducen un vehículo? Otra: ¿cuántos controles de alcoholemia les hicieron a la salida de un boliche? ¿Cuántos controles les hicieron en épocas de festividades de fin de año? La respuesta individual puede dar un pantallazo de lo que ocurre en la calle. Si solamente hay dos radares de velocidad en todo San Juan, es probable que por las rutas 20 y 40 corra un fórmula 1, que nadie se daría cuenta.
Hace algunos días DIARIO DE CUYO publicó una encuesta de la consultora Acierto, por la que se indicaba que la presencia policial en las calles con los nuevos patrulleros ha disminuido la sensación de inseguridad de los vecinos del Gran San Juan. Tomando la misma teoría, ¿es posible que si hay más controles de tránsito la gente empiece a pensar que hay menos accidentes con muertes? No, seguramente, pero sí tendrá más cuidado, seguro, y es posible que al final ese "miedo popular" impacte en las custodiadas estadísticas del ministro de Gobierno, Adrián Cuevas. Para ello no hace falta un policía en cada calle, hace falta que los policías estén donde deben estar y que tengan los elementos que tienen que tener, simplemente. La solución no parece tan complicada, ¿qué trabará al ministro de Gobierno a hacerlo?

