Si lo que publicaron al menos dos diarios de tirada nacional se cumple, en mayo de 2019 los sanjuaninos estaremos eligiendo al sucesor de Sergio Uñac. Si hay PASO, porque hay opiniones para todos los gustos en el uñaquismo y ninguna decisión firme, el calendario electoral arrancaría a fines de noviembre o principios de diciembre, dependiendo de la decisión política que se tome en la intimidad del Poder Ejecutivo. Teniendo en cuenta esas hipótesis, la frase "los tiempos apremian" puede ser un invento emanado del capricho político con el que se analicen las fechas. Haciendo una comparación con la elección general de 2015, recién el 22 de mayo José Luis Gioja anunció que no buscaría un cuarto mandato, dos meses y 18 días antes de las PASO de ese año. Es decir, solamente dos meses y pico antes del día de la votación. Si tomáramos ese ejemplo y sólo miráramos el calendario para saber si la oposición está demorada o no en definir nombres propios, deberíamos decir que Cambiemos puede dormir la siesta con tranquilidad, incluso varios meses más. Pero claro, en política nada es lineal y al calendario no solamente hay que mirarlo para contar días. No es lo mismo la oposición que el oficialismo, tampoco es igual la economía del país en 2015 que ahora, ni mucho menos se asemejan las actuales urgencias políticas de Cambiemos, acechados por el descenso de la imagen del presidente Mauricio Macri, que el escenario del kirchnerismo en 2015, cuando Cristina Fernández aún gozaba de cierto respeto popular.

 

 

Todas esas diferencias hacen complicado poder comparar esta contienda electoral con la última, la del inicio del ocaso kirchnerista. Por tanto, se puede afirmar que la oposición sanjuanina está navegando en tinieblas en cuanto a las fechas. Probablemente una rápida definición los ayudaría a encarar los tiempos que quedan, pero también hay que decir que la decisión de Marcelo Orrego es difícil y que es natural que esté temeroso: el santaluceño se enfrentará a Sergio Uñac, un tanque que crece; está apoyado por un presidente que cae en las encuestas; tiene que defender un modelo que golpea directo al bolsillo; lo rodean compañeros de dudoso apoyo y no tiene recursos, porque aún nadie le garantiza en Buenos Aires que va a poder enfrentar los costos de una campaña a gobernador, varias veces millonaria. Con todas esas dudas en su cabeza, y algunas otras que no serán públicas pero que existirán seguramente, apareció su colega y amigo Fabián Martín, quien lanzó dos frases sugerentes esta semana en una entrevista radial: la primera, que por ahora no le interesa la gobernación, ese supuesto plan B por si Orrego decide no competir por la gobernación. Y otra que contenía más presión política que beneficios para el jefe municipal de Santa Lucía: "Marcelo Orrego es el candidato natural", dijo. Veamos. La primera frase tiene al menos dos fanáticos: el primero es Roberto Basualdo, quien le dijo a este diario que "Fabián no va a decir nada hasta que no se defina Marcelo", dando a entender que Martín puede ser ese plan B. Y el segundo fanático es el diputado Sergio Miodowsky, quien viene pidiendo ser candidato a intendente y, en ese tren, viene diciéndole a cuanto periodista se le cruza que es casi un hecho que Martín competirá por la gobernación y que él quiere la intendencia de Rivadavia. Si no supiera que se llevan muy bien, algo que el peronismo ha salido a contradecir en las últimas semanas, debería decir que el legislador quiere correr al intendente para asegurarse su sueño, el de al menos competir por la intendencia rivadaviense.

Y hablando de ese departamento. Es muy extraño que el oficialismo no esté mostrando a nadie en ese distrito. O no hay nadie, o hay un acuerdo sin reunión. Sonaron Emilio Baistrocchi, pero días atrás en una entrevista radial el actual Ministro de Gobierno dijo que quiere seguir en ese lugar, si es que el Gobernador es reelegido y lo vuelven a designar, por supuesto. También sonó Luis Rueda, pero en la intimidad el alfil uñaquista lo desmiente. En el mismo sentido de Orrego en Santa Lucía, ocurre en Rivadavia para el oficialismo. Incluso peor, porque el basualdista al menos suena. En el departamento del Este no hay uñaquista que haga ruido aún. Hay un concejal, pero hay que reforzarle el trabajo de imagen que tiene, que aún es pobre. Es al menos raro. Uñac no es de los que se dejan ganar con facilidad.

Volviendo a la provincia y sin ánimo de apurar ninguna definición, en el entorno de Orrego aseguran que el santaluceño hará un anuncio "pronto", incluso algunos hablan de agosto, pero no es una fecha confirmada aún. No tiene certezas y está lleno de indefiniciones. Las señales son muy confusas desde su mismo espacio y mucho más desde el oficialismo provincial. Dicen que con la imagen de Macri hoy, casi les conviene a ellos que Uñac adelante las elecciones, cosa que también le conviene al Gobernador. ¿Por qué a Uñac? La fecha de cierre de listas de candidaturas nacionales es el 11 de junio del año que viene, unos días después del domingo 26 de mayo, el límite máximo que le da la Ley a Uñac para realizar las elecciones provinciales. Si Uñac obtuviera un buen resultado, Macri sigue como va y el sanjuanino logra cerrar acuerdo en el peronismo, no descarta ir por una candidatura nacional. Una buena elección en San Juan, para él, es fundamental. Y lo nacional es una posibilidad cierta, casi se lo pidieron los intendentes del conurbano en la Casa de San Juan en Buenos Aires. Uñac está hoy como esos delanteros que pululan las áreas rivales para ver si enganchan un gol. No es mala estrategia, esperar el escenario con la tranquilidad de una buena gestión y una elección casi atada en San Juan. Si la pelota cae en sus pies, nadie debe tener dudas de que hará todo lo posible para clavarla en el ángulo. Uñac nació para esto. Se prepara para lo que venga, es joven y hasta puede darse el lujo de esperar cuatro años más, casi como le pasó con la Gobernación de San Juan, la que le negó Gioja en 2011.

En fin, retomando la cuestión "Fabián Martín", hemos asistido esta semana al nacimiento de una figura política de peso. A pesar de lo que decida Orrego, es muy probable que el intendente de Rivadavia termine a fin del año que viene como casi el único ganador de Cambiemos en San Juan. Basualdo está en retirada, Eduardo Cáceres no tiene cabida en Producción y Trabajo, y el resto no tiene liderazgo que mostrar. Posiblemente el juego del intendente de Rivadavia no sea el de ganar una elección, probablemente Martín esté pensando más allá de 2019 y no está mal. El juego de la política puede darle esa oportunidad. Es muy posible que esté haciendo el mismo juego que Uñac, pero a nivel local. Hay que esperar.