Todos hemos escuchado hablar de la necesidad de ahorrar energía en nuestros hogares para contribuir con el país y también con nuestros bolsillos. Pero lo que no vemos es un plan integral que parta de las altas esferas del gobierno para ahorrar energía en ámbitos públicos como edificios públicos u otras dependencias del Estado en las que, muchas veces, observamos un derroche de energía. Estamos cansados de ver farolas del alumbrado público encendidas al medida, porque el sistema de apagado automático no funciona bien, o reflectores en lugares que no son necesarios.
Todo el mundo se está sumando a la política de ahorro de energía, como ocurre con la denominada "’ciudad luz”, como se denomina a Francia, donde los principales monumentos, entre ellos la popular Torre Eiffel, apaga sus luces puntualmente a las 12 de la noche. También en Chile se ha asumido el compromiso de crear una ley de eficiencia energética, con el objetivo de promover el uso racional y eficiente de los recursos de este ámbito, siguiendo la línea de los países desarrollados.
El país trasandino lo está haciendo a través de un proyecto que apunta a modernizar el sistema energético ya que el tema de la eficiencia energética está en las discusiones internacionales, y Chile la ha asumido como una deuda al no tenerla contemplada dentro de una legislación que debe apuntar al buen uso de la energía.

Las medidas que está preparando Chile apuntan a que, sin disminuir el estándar de confort, exista un uso de menos fuentes energéticas, desacoplando el crecimiento económico de lo que es el crecimiento del consumo energético, precisamente a través de mayor eficiencia y ahorro.
Entre los detalles de la propuesta, que está en su etapa de elaboración, se cuentan el de institucionalizar la eficiencia energética, en el marco del Comité de Ministros para la Sustentabilidad; entregar información a los compradores de viviendas respecto del consumo energético de éstas; promover la gestión de energía en el sector público y las grandes empresas; facilitar la instalación y operación de estaciones de carga para vehículos eléctricos y la promoción de la renovación del parque automotor con vehículos más eficientes.
Con todo esto en Chile esperan un importante impacto y una reducción del consumo energético del orden del 3% a 2025 y del 7% al 2035.
Desconozco si en nuestro país se está trabajando en algo similar, pero hasta ahora no he visto ni he escuchado nada en ese sentido y las únicas recomendaciones que se han efectuado oficialmente han estado dirigidas a la comunidad, es decir a los vecinos de cada lugar, y vinculadas al ajuste tarifario y las posibilidades de que las familias puedan afrontar el costo del consumo eléctrico.
Por Renzo A. Gomez
DNI 34.243.264
