La gira internacional de conciertos de los coros de Cámara Arturo Beruti y de la Universidad Católica de Cuyo, dirigidos por la profesora María Elina Mayorga de Blech por Hungría, Austria y República Checa, representa un genuino orgullo para San Juan. Junto a cuatro de nuestros más brillantes músicos: Rolando García Gómez (charango), Raúl Rizzo (guitarra), Lucio Flores (teclado) y Gokú Illanes (percusión), constituyen una embajada cultural de altísimo nivel como muestra clara del acervo cultural sanjuanino de nuestros días.
Desde el auténtico corazón del Viejo Continente, Praga recibió a nuestros artistas con los brazos abiertos y la más cálida bienvenida en la Plaza Vieja, el Puente de Carlos, El Castillo, enclave más representativo e icónico de la ciudad, el Teatro de Sombras y, por qué no decirlo, el vuelo de los duendes de la célebre Primavera de 1968. A su vez, Budapest y Viena vibraron con la Misa Criolla de Ariel Ramírez, tal cual la disfrutamos no hace mucho en varios escenarios sanjuaninos, entre otros la Catedral de nuestra Ciudad como apertura de la IV Fiesta Municipal de la Educación.
Invitados a participar del Festival de Salzburgo, en la imponente Catedral de esta ciudad, cantaron la Gran Misa en do menor KV 427 del dueño de casa, W. A. Mozart, junto a otros selectos coros del resto del mundo, al unísono con el coro estable, orquesta y solistas de la Catedral, bajo la dirección del maestro Janos Czifra. Inevitablemente, Mozart se les apareció por todas partes en su tierra natal. Quizá porque Goethe advirtió una vez que un fenómeno como Mozart "queda para siempre como un milagro que no se puede explicar". Dejar huellas sanjuaninas en los empedrados caminos salzburgueses sembrados de kioscos y chiringuitos donde brilla la "mozartmanía", habrá resultado una experiencia imborrable, luego de que nuestras bellas voces con sus músicos impactaran sobre los muros seculares del templo de Virgilio, proyectándose con holgura sobre la iglesia de los Franciscanos, el río Salzach y hasta el mítico Mercado Antiguo, donde Placido Domingo me contó, paseando por allí en agosto de 1991 (bicentenario de la muerte del compositor), que estaba seguro que había sido frecuentemente visitado por Mozart antes de volar hacia Viena y el resto de Europa, lo mismo que la antiquísima montañita cercana a la Ciudad donde la leyenda asegura que el genio se inspiraba. Pero uno de los detalles preciosos que se sumó a la nobleza artística de nuestros comprovincianos fue el poncho sanjuanino que, por gesto del Ministerio de Turismo y Cultura, lucieron cada uno de ellos y que motivó el atractivo de muchos sobre la características de esta prenda impregnada de nuestro Sol, de nuestra tierra y de nuestras tradiciones. El programa, a punto de finalizar, incluye obras de prestigiosos compositores como Antonio Russo, Luis Gianneo, Carlos Guastavino, Leonardo San Juan, Fernando Moruja y una fina selección de arreglos de música popular y folclórica argentina con obras de Hilario Cuadros, Carlos Montbrun Ocampo, Armando Tejada Gómez y César Isella, culminando con la interpretación de la Misa Criolla de Ariel Ramírez en la que actuarán como solitas Fernando Popi Tejada y Germán Navarro. Este viaje cultural histórico, que cuenta con el auspicio y apoyo del Gobierno provincial, varios municipios y empresas, no sólo ha llevado en estos días al corazón de Europa nuestra ilustración musical de primer nivel. También entraron con autoridad fuertes aires sanjuaninos por Budapest, Viena, Praga y el resto de las ciudades visitadas, quedándose para siempre en la atmósfera madre de todas las músicas, como símbolo de lo que San Juan es capaz de dar y demostrar en cualquier rincón del mundo. Felicitarlos es poco. Más que ello, San Juan les agradece tanto esfuerzo y tanto mérito.
