Los docentes enfrentan grandes desafíos a la hora de escolarizar a las nuevas generaciones.

La subjetividad de un individuo es generada por la apropiación de parte de éste, principalmente en la estructura social a la cual pertenece. Esta subjetivación se va construyendo con todos los fenómenos sociales que ocurren según transita el individuo desde su nacimiento y que está gobernado por las narrativas de su historia personal, que lo posicionan como protagonista de las experiencias históricas.


Los fenómenos sociales actuales llevan a nuevas etapas por las que pasan los jóvenes que asisten a nuestras escuelas: los preadolescentes o también llamados "tweens", los "adolescentes tardíos", y finalmente, la de un "joven tardío", un nuevo tipo de adulto que pretende permanecer en la etapa de adolescente llamado vulgarmente como "adultescente".

>


Esto lleva a que el mundo adulto se encuentre más cercano al mundo adolescente que al de los adultos. Hechos que a nivel educativo conduce al alargamiento de los estudios, obsolescencia de los títulos y conocimientos obtenidos, problemas para el ingreso al mundo laboral, trayectos educativos tortuosos donde los alumnos entran y salen del sistema educativo y donde vuelven a recursar años, etc.


Existirían tres grandes desafíos para los docentes en la escolarización de las nuevas generaciones: la identidad y cultura de los adolescentes y jóvenes, donde ya no se puede saber dónde comienzan y donde terminan las diferentes etapas; el equilibrio de poder entre generaciones, factor que genera ahora crisis en los dispositivos de la escuela tradicional; y el problema del sentido de la escuela, donde los docentes deben construir su autoridad pedagógica con un alumno que asiste al nivel secundario por una obligatoriedad social.


A consecuencia de las nuevas generaciones de jóvenes que asisten a la escuela y otros factores, se ha producido una reconfiguración del nivel secundario. Las causas son: el cuestionamiento a la escuela media porque la misma no garantiza ya la inserción laboral; la pérdida de educación en las escuelas técnicas; la falta de enseñanza de valores para fomentar la ciudadanía; la aparición de otros instrumentos que habrían en cierta forma reemplazado a la escuela, y la falta de preparación de los alumnos con conocimientos mínimos para ingresar al nivel universitario.


Los dispositivos de la escuela tradicional de hoy se encuentran en discusión. La diversidad de alumnos ha excedido el modelo homogéneo de enseñanza y de rígidos patrones de funcionamiento. Observándose una suerte de ambiente caótico donde todo parecía funcionar con un cierto modelo eficaz que ahora no lo es. Nuevas características de jóvenes del momento desafían a este paradigma antiguo con otra lógica para el que fue pensado. Lo que genera un ambiente de tensión entre escuela, sociedad y las implicancias que esto tiene en la justicia social y el desarrollo de la comunidad.


Por lo tanto, el gran desafío y cambio es para el docente y no sólo para nuestros alumnos de hoy.