La pugna diplomática empezó a principios de mes en una reunión del bloque del ALBA en Venezuela, en que el presidente ecuatoriano Rafael Correa propuso que el grupo no acuda a la 5ª Cumbre de las Américas en Cartagena, Colombia, si Cuba "el único país del hemisferio excluido de la cumbre” no es invitada. Venezuela y los otros países aceptaron de inmediato la moción.
Los funcionarios de Estados Unidos se ajustaron al manual, y respondieron que Cuba no puede asistir porque "según las reglas de la cumbre” sólo están invitados los líderes elegidos democráticamente que sean miembros activos de la OEA. Colombia, el país anfitrión, que está tratando de quedar bien con todos, dijo que trataría de encontrar una solución diplomática. La canciller María Angela Holguín viajó a La Habana, y a su regreso dijo que Cuba quiere asistir a la cumbre.
Durante una visita a Colombia la semana pasada, comprobé que el tono prevaleciente en la prensa local es que EEUU una vez más está castigando a la Cuba por su política exterior independiente: el viejo cuento de David vs Goliat. Entonces, ¿qué debería hacer Washington? En vez de rechazar la presencia cubana, debería darle la bienvenida a Raúl Castro para que asista como invitado especial y responda a varias preguntas, empezando por la de cuánto tiempo más Cuba seguirá siendo la última dictadura militar del continente.
Habría que preguntarle a Castro: ¿Por qué Cuba no está cumpliendo con el compromiso contraído por Fidel Castro en la Sexta Cumbre Iberoamericana de 1996 en Viña del Mar, Chile, de respetar "el pluralismo político, los derechos humanos y las libertades políticas”? En esa cumbre, Castro firmó una declaración final que también exigía respeto por "la división de poderes”, así como por "’la libertad de expresión, de asociación y de reunión”. Sobra decir que Cuba aún tiene cientos de presos políticos y que no permite partidos opositores.
¿Por qué Cuba viola el artículo 13 de la Declaración de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que afirma que "Todas las personas tienen el derecho de salir de cualquier país, incluyendo el suyo, y de volver a su país”? Hasta la fecha, los cubanos necesitan un permiso del gobierno para salir de la isla. La conocida bloguera cubana Yoani Sánchez, a quien se le negó un permiso para viajar a Brasil este mes, escribió en su cuenta de Twitter: "Me violan el derecho a entrar y salir de mi país… Soy una prisionera”.
Si Raúl Castro responde que "el imperio” y sus aliados atacan la isla porque se ha convertido en una sociedad modelo, la respuesta de Obama debería ser muy simple: "Si el pueblo cubano es tan feliz y quiere tanto a su gobierno, ¿por qué no permiten elecciones libres?”
