Nuestro país busca replantear la matriz energética con emprendimientos destinados a aprovechar las ventajas de la generación eléctrica no convencional, caso de la solar y la eólica, con obras en marcha en diferentes puntos del país a partir del liderazgo de San Juan con sus parques fotovoltaicos en funcionamiento.

Por otro lado se avanza para volver al autoabastecimiento de hidrocarburos, explotando yacimientos atípicos con cuantiosas reservas, caso de Vaca Muerta, en Neuquén, y evitar la enorme erogación de divisas en importación de combustibles que insumen 100.000 pesos por minuto. Pero más allá de estas contingencias económicas y los proyectos innovadores en marcha, se impone un cambio drástico en el consumo de electricidad aplicando modernas tecnologías que en breve pueden estar al alcance de todos.

Tal vez la innovación más significativa del momento sea la incorporación de lámparas LED en la iluminación, ya que si se reemplazaran todas las lámparas existentes en el país por este nuevo tipo de tecnología de iluminación, se lograría un ahorro en la importación de energía por más de 1.600 millones de dólares anuales, según aseguran los especialistas. Claro que se trata de una lámpara importada en alto porcentaje, lo que puede ser un despropósito y la ecuación no cerraría. Pero ante esta situación, varias empresas del rubro se han unido para sustituir la importación de lámparas LED mediante un fideicomiso que prevé la inversión de hasta 12 millones de dólares en plantas ubicadas en el conurbano bonaerense, Mar del Plata y San Luis.

Los beneficios de este tipo de iluminación, respecto de la fluorescente, es que incluye el cuidado del medio ambiente al no contener mercurio que en el proceso de iluminación desprende radiación ultravioleta. Los tubos fluorescentes convencionales contienen entre 15 y 25 miligramos de esta sustancia, mientras que las lámparas de bajo consumo contienen una cantidad menor, del orden de 2 a 5 mga. Además las LED consumen 80% menos que su equivalente de tipo incandescente tradicional y 40% menos que las de bajo consumo y tiene una vida útil de 30.000 horas.

El problema actual para el consumidor son los precios, pero la masificación de la oferta cambiará el panorama. Los fabricantes argentinos prevén que una lámpara de 7 watts se ofrecerá a 29 pesos la unidad. Habrá que esperar.