Por Carlos Ciro Maturano
Historiador - Investigador

El "Parque de Zonda", como comúnmente le llamamos los sanjuaninos, o el "Parque Bernardino Rivadavia", como lo fue al momento de su inauguración, se extiende a lo largo de la Quebrada de Zonda, en Rivadavia, situado al costado de la Ruta Provincial Nº12, al pie de la Sierra Chica de Zonda. Al asumir por segunda vez el Gobierno de San Juan, Federico Cantoni enfrentó problemas de desocupación, por lo tanto, el inicio de numerosas obras públicas que se demoraron, entre ellas el Parque Rivadavia. Llegaron a San Juan obreros extranjeros, principalmente europeos, que dejaban sus tierras por la guerra y que, enterados de la importancia y magnitud de las obras públicas que se realizaban por esta parte del mundo, llegaban para trabajar en las "minas de Zonda'', nombre que dieron los yugoslavos a los túneles abiertos en los cerros de Zonda, con el objeto de hacer exploraciones mineras. Más de mil obreros, muchos de ellos checoslovacos, trabajaron en el proyecto, como es el caso de Josip Broz (posteriormente Mariscal Tito de Yugoslavia) quien trabajó allá por la década del treinta. El 25 de junio de 1925, la Cámara de Representantes sancionaba la Ley 162, que declaraba de utilidad pública el valle denominado "Quebrada de Zonda''. en esa época, a Cantoni le agradaba "supervisar'' en persona, el adelanto de obras. No se quedaba tranquilo con la información que les suministraban sus funcionarios. Allí, "in situ'', subía cerros, conversaba con obreros, debatía con ingenieros y, hasta daba órdenes. Supervisaba toda obra que ejecutaba su gobierno. El parque fue inaugurado el 11 de septiembre de 1932, en homenaje al Gran Maestro de América. El terreno con cerros y piedras se transformó en atractivo turístico de la provincia. La Quebrada, sólo se utilizaba para transitar hacia los valles cordilleranos. En el contexto de esta obra, el Cable Carril permitía el ascenso directo a caminos, sendas y la propia falda del cerro. El Escudo Nacional fue una obra de arte, realizado con álamos plateados, coníferas, ceibos y variedades de arbustos. Las acequias contribuyen en este atractivo cultural, marcando la figura de nuestro símbolo patrio. Algo similiar ocurre con Los Libros de Piedra: se sube por camino de tierra, al de la Ruta 12, casi frente a la antigua Bodega Romero. Es necesario internarse en la montaña misma que para llegar a este monolito cultural. El monumento está compuesto por dos libros abiertos, realizados en piedra y separados por una distancia de 500 metros aproximadamente. Desde allí se puede apreciar el Valle del Tulum, el Escudo Nacional y el Autódromo. Mientras, la tradicional Cabeza del Indio fue esculpida por el artista Luis Perlott. Una obra de cemento de gran tamaño levantada sobre un gran pedestal de roca, que evoca la presencia aborigen en San Juan. Desde la Cabeza del Indio, se tiene una hermosa vista de los 7 Caminos y sus túneles. Precisamente, la obra de Los Siete Caminos y los Túneles consiste en 7 niveles, desafiando la dureza de la roca, comunicados entre sí mediante túneles. Para llegar allí, se podía escalar el cerro o bien, subir por el cable carril. En este contexto, según la Ley 3.910, por iniciativa del entonces diputado provincial Rubén Antonio Hidalgo, la Cámara de Diputados sanciona el 7 de mayo de 1974, la Ley Nº 3.910 en reconocimiento a quien fuera su principal creador, denominándolo, "Parque Provincial Dr. Federico Cantoni''.