Desde la década de 1960, en el siglo XX, que se pone en el tapete de los decidores ambientales como si fueran opciones únicas y excluyentes la frase "Minería o protección del ambiente". Hay investigadores que contradicen esto. Derriban este paradigma tendencioso que quiere crear una contradicción que no debe existir. Nadie puede discutir que la minería brinda trabajo. Tampoco que si no se controla contamina, menos aún, que esta actividad es no sustentable, porque la fuente de recursos lo es.
Ahora bien. Existen áreas de equilibrio ambiental que no pueden ser ni achicadas ni transformadas. Pedernal, en Sarmiento, es una zona de ellas. Limita con Los Berros. Alguna vez fue solar de familias que aprovechaban sus vertientes para pasar momentos de altas temperaturas desde las décadas de 1940, ’60 y ’70. Ese lugar se transformó para destinarse a la minería extractiva de cal con usos varios. Pero del otro lado del cerro, hay una pueblo llamado Pedernal. Ese lugar conserva aún hoy retazos de historia. Su camino principal es llamado "Camino Real", porque por ahí pasaban los españoles, cuando iban rumbo a Chile, con el capital más importante que encontraron por esta tierras para enriquecerse, los huarpes.
Hay casas que su construcción supera el siglo de antigüedad. Las familias sanjuaninas como los Caputo, los Graffigna y tantos otros pudieron disfrutar de ese clima maravilloso. Por otro lado, las condiciones climáticas del lugar son únicas, tanto es así, que un vino de allí recibió la denominación "Mejor del Mundo" hace un tiempo atrás, en Japón.
Hoy parece que muchos se han olvidado de todo esto y no se respeta la barrera natural que existe actualmente y que frena el avance de la contaminación, es decir el cerro donde está ubicado el Dique los Loros y el Paredón de Las Crucecitas.
Soy un convencido que se debe estudiar concienzudamente este tema, para seguir promocionando estas áreas naturales de protección.
Por Osvaldo Olmo Gómez. – Profesor Nivel Secundario
