El inicio de un nuevo año, en este caso 2015, anima a realizar pronósticos de lo que podría suceder durante el mismo. Y como nunca, por ser un año electoral, las decisiones y gestos políticos afectarán de manera significativa las trayectorias de las variables económicas, las que no son solamente fríos números. Detrás de esas variables hay trabajadores, y detrás de ellos familias, cuyos niveles de bienestar estarán restringidos por la performance de la economía provincial, nacional e internacional.

Para bajar los niveles de ansiedad que genera este análisis empezaremos por el dólar.

¿Qué sucederá con esta moneda? A nivel internacional el dólar ha tenido en el 2014 una recuperación importante respecto a las monedas del resto de los países, por lo menos de los países más ricos, y es muy probable que esta tendencia se mantenga en el 2015. ¿Y cuál es el efecto de esa recuperación de la moneda estadounidense en nuestra economía? El precio de las materias primas que les vendemos al resto del mundo tiende a bajar. Y esa baja en los precios internacionales de los productos que vendemos al mundo provoca menos entradas de divisas por exportaciones. Las exportaciones argentinas no tienen un panorama alentador no sólo por la baja en los precios de las materias primas sino por la apreciación cambiaria, que seguiría su curso en el año nuevo y por Brasil, cuya economía no termina de repuntar. Esto complicaría nuestra ya delicada situación de necesidad de dólares para hacer frente a nuestras obligaciones: pagar nuestra deuda en dólares, comprar importaciones, las de consumo, pero también y principalmente las necesarias para alimentar de insumos a la industria nacional. Aun accediendo a financiamiento, esto es emitir deuda, el Gobierno tendrá un trade-off para decidir qué hacer con los dólares escasos. Y el hilo se terminará cortando por el lado de las importaciones. Y una restricción, como la que ya venimos sufriendo de la compra de insumos para la producción, repercute en una menor producción, y esto significa menos gente trabajando.

La suerte sobre la posibilidad de acceder a financiamiento dependerá de las negociaciones con los Fondos Buitres, y de la pericia técnica de nuestro equipo económico, que a la luz de los resultados del malogrado canje de Bonos del mes de diciembre, deberán esforzarse para obtener mejores resultados.

¿Y qué pasará con la cotización del dólar? El 2014 comenzó con una fuerte devaluación propiciada por el Gobierno nacional. Esto es, se necesitaron más pesos para comprar un dólar. En otras palabras, el valor de nuestro peso disminuyó. Devaluación que era necesaria quizás para sostener la competitividad de nuestra economía.

¿Qué hará el Gobierno durante el 2015 en materia cambiaria? En mi opinión, sostendrá el tipo de cambio, de manera de incrementar el poder adquisitivo, para evitar entrar en zona de conflictos con los trabajadores, principales perjudicados siempre que hay una devaluación. Para ello recurrirá a la misma herramienta que le ha provocado resultados positivos hasta el momento. No me refiero a la caza de arbolitos por parte de Gendarmería Nacional, sino a la medida clásicamente ortodoxa de la suba de la tasa de interés, cuya aplicación sin embargo no es inocua en la economía, pues disminuye la actividad económica.

Por otra parte seguiremos durmiendo con nuestra enemiga la inflación, que se sostendrá alrededor del 30%. Hoy por hoy se trata de una inflación que no nos asusta, pero que no deja de ser dañina para nuestro bienestar.

En definitiva entramos en año electoral, y el Gobierno procurará sostener por un lado esta paz cambiaria que estamos transitando y por otro un consumo nominal alto, pasándole la posta al gobierno que le sucederá, a efectuar las correcciones en la economía que son necesarias, para llevar a nuestro país a un sendero de crecimiento, sacándolo de este camino cansino de espinas.

(*) Contador Público.