Para el año que acabamos de iniciar hay una serie de hechos a nivel mundial que, sin duda, concitarán la atención y posiblemente sean determinantes del destino de varias naciones del planeta.

Entre los más destacados estará el lanzamiento de la carrera presidencial hacia la Casa Blanca, en momentos en que muchos ponen en duda el liderazgo global de Estados Unidos. Sin duda, la atención estará puesta en la precampaña de demócratas y republicanos y en la posibilidad de que representantes de los clanes más importantes del país, los Bush y los Clinton, se enfrenten a las elecciones presidenciales de 2016.

También se considera que será un año decisivo para la paz en Colombia, luego de más de 50 años de conflicto armado, de concretarse un acuerdo entre el gobierno de ese país y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y que en China habrá temor a la inestabilidad social de cumplirse la pauta de crecimiento de 7,1%, debajo de la meta gubernamental del 7,5%, a consecuencia de la pérdida de competitividad de las exportaciones y el cierre de muchas fábricas.

Durante el 2015 se espera los primeros frutos del acuerdo para la normalización de las relaciones diplomáticas de Cuba con Estados Unidos, después de 53 años de guerra fría; de la misma forma que continuará la amenaza latente de los jihadistas del Estado Islámico, que el año último pasaron de ser un grupo ignoto a convertirse en una de las mayores amenazas para Occidente.

Este año también está previsto, aunque sin fecha confirmada, las elecciones parlamentarias en Venezuela, en la que el chavismo deberá someterse a las urnas en medio de un panorama poco beneficioso para el gobierno que lidera Nicolás Maduro. Por otra parte, Dilma Rouseff, recientemente elegida presidenta de Brasil, deberá afrontar el escándalo de los sobornos en la empresa Petrobras.

Finalmente está Europa, donde se ha generado un alerta por el avance del populismo. Si bien en este continente lo peor de la crisis parece haber pasado, uno de los riesgos del 2015 es que prendan los discursos populistas en millones de europeos que todavía sufren los resabios de la debacle, con influencias en las elecciones generales en Gran Bretaña, en mayo de este año y la carrera electoral en Francia.

Sin duda un año turbulento que estará muy distante de proporcionar un mundo más ordenado como muchos optimista pensaban que podía ocurrir.