El narcotráfico es uno de los mayores males en toda Latinoamérica.


En varios países latinoamericanos la lucha por el poder, la permanencia, la supremacía de la ideología por sobre la Constitución y la droga, son los principales flagelos del pueblo al que, al parecer, los políticos no quieren enfrentar, no hacen vista o bien, hasta quizás, negocian para mantenerse hegemónicos en el dominio. Sin embargo el pueblo está reaccionando ya que ha advertido la intencionalidad manifiesta en sus responsables y está harto de manipulación y mentiras.


Un hermano latinoamericano muerto es responsabilidad de todos, especialmente de la clase política gobernante. Nadie puede engañar al pueblo y cada funcionario deberá demostrar que está en función del pueblo. 


Cuando el pueblo reacciona es porque la situación ya es más que grave. Miremos también hacia nuestra Argentina y no hagamos insulsos planteos de "guerras ideológicas" porque cada uno desde su puesto está comprometido. Nuestro país va camino al mejoramiento en todos los órdenes. Con una simple comparación con Chile, Ecuador, Bolivia, Venezuela los claros y los oscuros se están develando. El Gobierno nacional saliente hizo todo lo posible, demostrado que acompañó al pueblo argentino. Justamente es lo que se espera en los cuatro años próximos de democracia. El pueblo ya comenzó a responder, veamos entonces que respuesta darán los nuevos equipos y funcionarios de la fórmula ganadora que asume el 10 de diciembre próximo.


Medianamente Argentina le ha respondido a los transgresores y a los narcos, a quienes son amigo de lo ajeno y a quienes quiere atropellar la democracia. El pueblo argentino quiere seguir bien, sabiendo con quienes cuenta, no sea que nos convirtamos en lo que no tenemos que ser.


El poder y la droga ganan terreno y se posicionan cada vez más y justamente, cada vez más hay menos trabajo y más planes y programas solidarios. ¿Por qué no se reúnen para crear fábricas, industrias, comercios y generar fuentes genuinas de trabajo? Señores, todos los que pretenden acciones conducentes en todo plano social, económico y productivo, no hagan pantomima, el pueblo ya sabe lo que tienen que hacer y no lo hacen. Eso sí, si no lo hacen con planes educativos y formativos y se le da todo servido al pueblo, lo están deseducando, fomentando la dádiva y la miseria y alentando una esperanza espiritual que no existe. Vamos con la verdad. Necesitamos fuentes de trabajo en blanco, no en negro. No necesitamos aliados ni ideólogos, necesitamos gente con antecedentes de servicio, honradez y humildad.


No se puede concebir que alguien viva una "vida digna" sin justificar la exorbitante cantidad de dinero o bienes acumulados, cuando hay niños y hombres que mueren en los hospitales de gravísimas enfermedades, nuestros ansíanos, padres y abuelos, con sentencia firme sin cobrar, nosotros todos sin una buena alimentación ni tiempo para disfrutar la vida, mientras una y otra y otra vez desfilan los mismos nombres en puestos claves del Ejecutivo, del Legislativo y del Judicial. Sólo queremos funcionarios y gobernantes honestos.


Por Mario Daniel Correa D'Amico
Profesor, filósofo y pedagogo, profesional de la educación con doctorado y especialización en el área.