La ministra de Seguridad de la Nación criticó con extrema dureza la política de seguridad del gobernador Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires. Tanto Nilda Garré como Scioli tienen continuidad en este nuevo mandato, con idénticos lineamientos inherentes a la conducción kirchnerista. Por ello, las declaraciones de la funcionaria no sólo echan sombras sobre la forma de brindar protección en territorio bonaerense sino que indican la ausencia de un trabajo coordinado con objetivos comunes contra la actividad delictiva en áreas estrechamente vinculadas.

La opinión pública supone que existe un plan de seguridad congruente, común y conteste con la resolución estratégica para aplicar en el espacio táctico de la región que diariamente genera noticias policiales escalofriantes. La familia argentina necesita conocer que en medio de tanto dolor se trabaja coherentemente en todo el país, pero también, requiere estar segura que en ese sentido hay un acatamiento y sujeción a un mismo alineamiento en materia de seguridad que no puede ni debe ventilar, desde su centro medular, ninguna voz que presuma lo contrario. Entre otras apreciaciones, Garré se lamentó de que "no hubo continuidad" en la decisión de "ejercer el control político sobre la Policía Bonaerense, si uno cree que la forma de solucionar el problema es algún tipo de negociación con las fuerzas pero sin asumir las riendas del problema, lamentablemente esa autonomía lleva a deformaciones muy grandes y contribuye a la prostitución y a la corrupción de algunos sectores de las fuerzas", afirmó.

La sociedad soporta la cruda realidad, por lo que sería importante que la cartera que fija las pautas de la seguridad interior no sume más desconfianza ciudadana.