Con optimismo se escribe este artículo dando por hecho algo de lo que no se tiene certeza de magnitudes y tiempos, pero presumiendo que a cierto plazo la dinámica económica y social lentamente volverá a reflejar la situación de nuestro país de hace unos meses atrás. Vale aclarar que esto último es cuasi utópico ya que lejos vamos a estar de tener una situación similar.


En primer lugar la expectativa de la población de lo que haga o deje de hacer el gobierno inyectando fondos o créditos o subsidios en determinados sectores económicos va a estar mucho más presente que en otras oportunidades. No habrá sector que no plantee la necesidad de apoyo estatal, sea que esté vinculado al turismo, comercio, gastronomía o industria. Las erogaciones que no disminuyen y los ingresos en baja serán las explicaciones más que obvias que los diferentes actores plantearán para mantener empresas en marcha y personal en relación de dependencia. Ello sumado a que es improbable que no se vean complicaciones en la cadena de pago, ello debería ser según muchos analistas lo primero que se apreciará en el país.

"El tema de la deuda externa está pasando a segundo plano por la crisis sanitaria, pero como dice el proverbio sobre el sol, aunque no lo veamos el sol siempre está.''

El impacto en las inversiones de envergadura por parte del sector privado no será muy notorio ya que ello por diversas circunstancias no ocurrían últimamente en el país. Las expectativas a nivel mundial por la combinación del Covid-19 y el precio del petróleo es determinante a la baja de inversiones en mercados emergentes. Ello posiblemente alteren los planteos de los actores económicos que pedirán el hacer del estado, en el sentido de activar la rueda de la economía.


En San Juan no tenemos en forma directa el impacto de Vaca Muerta, que en su condición actual con el valor del petróleo, es un proyecto inviable y de difícil abordaje. En ese sentido aparecerán las provincias pidiendo ayuda a la Nación por situaciones complejas, allí se apreciará la relación y sinergia entre las distintas jurisdicciones ¿Quien recibirá un apoyo nacional de mayor impacto: Chubut y Neuquen que deben atender los ingresos de trabajadores vinculados a la industria del petróleo o provincias como la nuestra que debe mantener activa su economía regional.


El tema de la deuda externa está pasando a segundo plano por la crisis sanitaria, pero como dice el proverbio sobre el sol, aunque no lo veamos el sol siempre está. Allí aparecen los analistas que dicen que es el momento de generar un planteo agresivo, ya que sería el momento óptimo para justificar una quita importante. Otros opinan que no debe realizarse ninguna propuesta por lo complejo del panorama. Algunos dicen que es tiempo de emitir pesos y comprar deuda que está en precios de default. Otros opinan que directamente se debe reperfilar la deuda con legislación nacional (la gran mayoría de la deuda emitida, sin contar FMI) en forma no voluntaria a largo plazo en forma directa ya que entienden poco probable que nuestra justicia resuelva contra el estado nacional que refiera a una situación de crisis con apoyo en sentido del Ejecutivo y el Legislativo. La casi 1/4 parte restante con jurisdicción extranjera, en caso de no lograrse un acuerdo, debería pagarse -expresan- ya que en los sistemas judiciales foráneos hay una constante donde las obligaciones deben atenderse en las condiciones acordadas.
La otra opción es analizar si un país puede concursarse o quebrar (Anne Krueger cuando era subdirectora del FMI lo sugirió en 2002). Los acreedores suelen estar acostumbrados a ser más rígidos con los estados ya que estos nunca se concursan o quiebran. ¿Nunca lo harán?


Es un marzo distinto, se trabaja distinto y se estudia distinto. Cada semana tendrá su dinámica y es el deseo de todos que tiempos mejores están por venir.

Por Leonardo Siere
Docente de Economía y Análisis económico del Derecho.