Dos días después de que el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, dispusiera la fijación de precios máximos para los combustibles con la supuesta intención de contener aumentos en los surtidores, las petroleras aplicaron incrementos en las naftas y el gasoil que afectan nada menos que a un 86% de la demanda. El descalabro surge de la resolución 35 del organismo, que estableció valores topes por zonas durante seis meses.

Mientras se acaba de reducir la oferta interna por unos 10.000 m3/día de nafta y gasoil por el daño sufrido en la destilería de Ensenada, esta medida cortoplacista agrega nuevas presiones a la economía. La resolución le permitió a YPF subir precios sin que sus competidoras lo hicieran en igual proporción, para permitirle moderar ventas y reducir importaciones. Pero la medida está infringiendo el decreto 1277 firmado por la presidenta Cristina de Kirchner, que se establece una comisión integrada por tres miembros, para encargarse de fijar los precios del sector. Establece que toda la política de precios del sector hidrocarburífero la fijaría la Comisión de Planificación y Coordinación Estratégica del Plan nacional de Inversiones Hidrocarburíferas, un organismo integrado por los secretarios Guillermo Moreno, Axel Kicillof y Daniel Cameron. Los faculta a establecer los criterios que regirán las operaciones en el mercado interno y publicar precios de referencia, los cuales deberán permitir cubrir los costos de producción atribuibles a la actividad y la obtención de un margen de ganancia razonable.

Con semejantes atribuciones, podían advertirse claramente los riesgos de que el regulador jugara a favor de su propia empresa, que por otra parte es la principal operadora del mercado. Con precios internos congelados, en un contexto inflacionario y con un parque automotor en expansión, la demanda de nafta no disminuirá, sino más bien todo lo contrario.

En cuanto al gasoil, puede que la menor actividad económica reduzca su demanda en la industria y el transporte, pero eso se verá compensado con el requerimiento de fueloil y gasoil adicional para generación eléctrica por la incorporación de máquinas térmicas del último año. Los 10.000 m3/día faltantes de YPF necesariamente se cubrirán con importación adicional.

Pocas dudas parecen quedar respecto de que se trata de otro congelamiento con miras a las elecciones de octubre, cuando toda la comunidad reclama políticas públicas de largo plazo y que tiendan a reducir drásticamente los niveles de inflación actuales.