La preservación de las especies que se encuentran en áreas naturales protegidas es una gran preocupación de los científicos y conservacionistas, alarmados por el avance de la explotación de las reservas para conservar la biodiversidad, el paisaje o el patrimonio cultural en distintos lugares del mundo. La importancia del equilibrio de los ecosistemas trasciende mucho más de la destrucción de las flora y la fauna autóctonas ya que incide directamente en el medio ambiente con severas alteraciones meteorológicas.

Por ello la importancia se hacer un seguimiento constante del estado de las áreas naturales bajo protección a fin de evitar transgresiones que pueden ser estatales, como ocurre en el Norte argentino con disposiciones locales de curiosa interpretación de las leyes, a fin de autorizar el avance de la frontera agrícola sobre el bosque natural, o bien la tala furtiva para dar lugar a otros emprendimientos.

Un caso concreto lo acaba de revelar la Universidad de San Pablo. Tres especies de aves nativas de Brasil han sido consideradas extintas después de varios años sin registros de avistamientos de ejemplares en ninguna parte del país. Son el mochuelo pernambucano, el chillón del noreste y el ticotico de Alagoas, o limpiador de hojas, que tenían como hábitat las selvas del litoral atlántico en la región noreste del país. Del mochuelo, una especie de búho, el último registro es un canto grabado en 1990, y de las otras dos aves tampoco han sido avistadas en los últimos diez años, lo que lleva a presumir que están extintas, según los científicos.

Las Áreas Naturales Protegidas son superficies del planeta seleccionadas por el hombre con el objeto de preservar y conservar la biodiversidad, el paisaje o el patrimonio cultural. A través de leyes o normas concordantes, disponen su protección los gobiernos deben mantener los procesos ecológicos esenciales y los sistemas vitales básicos, de manera de preservar la diversidad y conservar la variedad de especies en los ecosistemas autóctonos. En el caso particular de San Juan, alrededor de un 22% del territorio provincial se encuentra alcanzado por la conservación, lo que implica un seguimiento constante por parte de los organismos específicos, para conocer la evolución de la política conservacionista, o bien los retrocesos que pudiera existir, como el hecho brasileño, de carácter irreversible.