El brote de Gripe A, que afecta a distintas zonas, particularmente en las provincias de Buenos Aires y Córdoba, activó una alarma para que al población se prevenga, antes de que se generalicen los casos favorecidos por las bajas temperaturas. Esta enfermedad tiene mayor virulencia y complejo tratamiento. Debe recordarse los trágicos antecedentes, desde que la Gripe A apareció en 2009 como un nuevo brote conocido como Virus H1N1/09 pandémico, que causó más de 600 muertes en la Argentina y alrededor de 18.300 en todo el mundo, aún en naciones desarrolladas que carecían de los medios de inmunidad por la sorpresiva aparición del flagelo.

Ahora es diferente y, según las medidas que se adopten, puede que no se repitan aquellas consecuencias no obstante que ya son 11 los muertos confirmados y más de 90 los afectados. Por ello es de vital importancia respetar las recomendaciones de las autoridades sanitarias para vacunarse y tomar medidas preventivas como lavarse las manos de forma frecuente, no automedicarse, solicitar atención médica ante señales de alarma y mantenerse aislado en caso de padecer los síntomas. En particular se ha instado a vacunar a los llamados "grupo de riesgo” conformado por niños entre seis meses y dos años de edad, embarazadas, los mayores de 65 años y personas con enfermedades crónicas pulmonares, renales o cardiacas con algún tipo de riesgo inmunológico.

La vulnerabilidad de las personas es el factor que predispone al ataque del H1N y, a diferencia de los brotes anteriores, ahora se cuentan con las vacunas que lo contrarrestan. Es lamentable que las víctimas recientes no hayan recibido la vacuna salvadora, por negligencia u olvido.