Se ha hecho público que durante la presente temporada de exportación de frutas que se realiza desde el Puerto de Coquimbo, en Chile, los despachos de uva en fresco son un 94% menos que a igual fecha del año pasado. Se trata de un dato preocupante si consideramos que nuestra provincia o parte de la Región de Cuyo tiene fundadas expectativas en el potencial que tiene este puerto de aguas profundas, como alternativa para sacar producción frutihortícola por el Pacífico.
Entre las causas de la disminución de la actividad de esta zona portuaria pueden consignarse los efectos provocados por el Tsunami que afectó a la Región Chilena el año pasado, con graves daños a la infraestructura del denominado Sitio 1, que habitualmente es utilizado para los despachos de la fruta en fresco. Se suma a esto años de dejadez y abandono de la zona portuaria que se ha venido poniendo en evidencia con instalaciones mal mantenidas y un deterioro notable, a tal punto que muchos despachantes están optado por otros puertos menos convenientes respecto de las distancias y fletes, pero que ofrecen mejores condiciones a la hora de embarcar sus productos.
También inciden las condiciones climáticas propias del fenómeno de El Niño, que han provocado disminuciones en la producción, como también dificultades en los despachos motivados por las complicaciones propias de un clima inestable sumado a la precariedad de este sitio estratégico.
Optimizar el funcionamiento del puerto de Coquimbo es una tarea que, lógicamente, no es sencilla ya que además de subsanar los problemas que han provocado los sismos y tsunami en los últimos años, hay que contrarrestar otros inconvenientes internos que ha venido soportando sus instalaciones desde hace mucho tiempo.

La posibilidad de que el túnel de Agua Negra sea licitado en poco tiempo más haciendo realidad la ruta internacional, determina la necesidad de contar con esta salida al mar en óptimas condiciones, para atender un mayor volumen de despachos de fruticultores de la IV Región y Cuyo, que elegirán sacar sus productos por esta vía.

La baja actividad que está mostrando este año, más que preocupante debe ser una alerta para que las autoridades chilenas comiencen a trabajar en mejorar las condiciones de este puerto histórico que siempre ha sido un ícono de referencia a la hora de hablar de posibles exportaciones.