En declaraciones al diario londinense The Times, el copropietario de una petrolera que desde febrero explora en torno a las Malvinas, ratificó el plan de perforaciones en nuestra plataforma epicontinental. Según el empresario Sam Moody, "el enojo de la Argentina es un pequeño precio a pagar por descubrir la próxima provincia petrolera". Agregó que su compañía se sacó "la lotería" con el hallazgo de un yacimiento (Sea Lion) que, asegura, contiene un mínimo de 242 millones de barriles de petróleo, equivalentes a 20.000 millones de dólares a la cotización actual. Es tan optimista que estima que la cuenca Norte de las Malvinas, "es tan grande como la cuenca sureña del Mar del Norte".
Sin embargo, muchos observadores afirman que esta declaración es parte de una seducción destinada a mantener el interés del público británico, y particularmente de los isleños, un tanto alicaído desde el tremendo derrame de la petrolera BP en el Golfo de México, que alertó sobre el gran peligro de explorar en aguas profundas. También como estrategia política para recuperar apoyo de Londres para que siga operando la perforadora Ocean Guardian cuyo alto costo comparten las firmas Rockhopper, Desire Petroleum, BHP Billiton y Falkland Oil & Gas. Sin embargo, The Times, en otra nota titulada "Fortunas mixtas en el offshore", dice que estas empresas sólo han hallado "rastros" de petróleo y duda de las aseveraciones de Moody.
En esta coyuntura resulta importante el accionar de nuestra Cancillería para insistir en los reclamos por la depredación de los recursos naturales argentinos, más ante el riesgo potencial de una catástrofe ecológica en el Atlántico Sur.
