En un discurso de principio del 2016 en la nación, se hizo referencia a que las bases de la modernización del Estado llevarían a la transformación hacia un "Estado abierto''. Haciendo hincapié en la formación y compromiso de los recursos humanos; mejorando la tecnología, los sistemas y procesos para generar una agenda digital y hacer una "Argentina digital'', recuperando tiempos, calidad de vida; para finalmente transformar el Estado en uno de gestión abierta, que rinda cuentas y que pueda controlar todo.


El concepto de "Estado abierto'' surge de la necesidad de terminar con gobiernos que han  mantenido el ocultamiento y la manipulación de los datos, requiriendo mayor legitimidad en la información y una gestión más participativa y deliberativa con la sociedad. Si bien, pareciera que este nuevo paradigma sólo se podría instalar ligado a la tecnología y la digitalización de los datos y la información, es verdad que un gobierno podría llevar adelante una gestión participativa e independiente de la virtualización de sus acciones, escuchando más a la comunidad y sus críticas, e invitándolos más al debate sobre, por ejemplo, la coparticipación de los bienes y servicios. Sin embargo, se advierte un largo camino y predisposición de los estados para abrir canales de comunicación fluidos hacia la comunidad, como así también la participación responsable de todos los actores de la misma, para generar un gran cambio cultural, que lleve hacia la conformación de un "Estado abierto'' (Oszlak, 2013).

Mediante un "Estado abierto'' la población será verdaderamente invitada a participar y a sentirse comprometida con una planificación que suponga las necesidades de la comunidad.

Por otro lado, el concepto de "Estado abierto'' debería ir más allá del Poder Ejecutivo. La transparencia tan solicitada, de la mano de la participación y la justicia, debería involucrar, además, a los poderes legislativo y judicial. Sin embargo, este paradigma no se puede imponer. Existen experiencias en países como Chile, donde ésta modernización basada en un "Estado abierto'' ha supuesto hasta un programa de formación tanto de funcionarios de gobierno como de personas de la comunidad (académicos, representantes de organizaciones sociales, etc.), para el aprendizaje de las formas de comunicación, representación, compromiso, responsabilidad y otros aspectos, que deberían tener en cuenta cada parte en la conformación de este tipo de estados.


Además, en estas instancias se deberían tratar temas como el concepto de transparencia, participación ciudadana, rendición de cuentas, innovación y colaboración.


Sin embargo, es el Estado que debe actuar en primera instancia en dar a conocer las acciones concretas a llevar a cabo, disponer de datos e información certera y confiable, invitando a la comunidad a participar y cooperar, generando así un verdadero plan ecuménico como para comenzar a avanzar en el tema.


Conclusión: Un "Estado abierto'' por medio de una política de modernización debería incluir: transparencia de la información, acciones y decisiones; rendición de cuentas de las acciones del Estado respondiendo a críticas y requerimientos de la sociedad y asumiendo su responsabilidad; involucramiento de todos los actores posibles de la sociedad en debates que sirvan como insumos para elaborar las políticas públicas y promoción en la ciudadanía tanto del uso como de la formación de las nuevas tecnologías en todos los niveles de la comunidad.


Por el Dr. Claudio Larrea   Rector de la Universidad Católica de Cuyo.