El incendio intencional en un tribunal federal en el partido bonaerense de San Martín, acompañado de un mensaje intimidatorio a la gobernadora María Eugenia Vidal, han sorprendido por tratarse de hechos que nunca habían alcanzado semejante provocación en la historia reciente del crimen organizado. Se observa una clara reacción de la delincuencia que se siente amenazada, tras haber penetrado en el entramado social con total impunidad en más de una década.

Por los elementos probatorios, no se duda de la intencionalidad del ataque al Tribunal Oral Criminal Federal número 3, perpetrado por parte de las organizaciones de narcotraficantes, según las sospechas firmes. Es más, ha sido un atentado al Poder Judicial de la Nación, con mención precisa a la mandataria de una provincia empeñada en erradicar a los narcos y a la corrupción que los amparaba.

El incendio estalló durante la madrugada en el Tribunal donde se tramitan causas sensibles vinculadas al narcotráfico, comenzó en la terraza, no obstante la presencia de custodios en el interior, lo que sorprende tanto por la audacia de los ejecutores como por el conocimiento del terreno y una logística precisa. Fue un plan muy bien elaborado, y para que no queden dudas, los autores dejaron bidones de combustible y un encendedor junto a la amenaza a Vidal, que además tenía droga al borde del papel y la imagen de un revólver.

El ministro de Justicia de la Nación, Germán Garavano, hizo una lectura política de esta situación señalando que el incendio intencional en un tribunal, donde están radicadas causas muy graves sobre narcotráfico, es un incentivo para las autoridades empeñadas en una lucha implacable contra los narcos en todo el país. Para el funcionario, la reacción de las poderosas organizaciones ilícitas les está indicando a las autoridades que están en la dirección correcta para profundizar una batalla contra el fenómeno creciente de la droga, un negocio lucrativo a costa de la salud y la seguridad de la población.

Después de muchos años de minimizar el problema y de generar presuntos encubrimientos, o por lo menos de mirar para otro lado, es auspiciosa la firme decisión de hacer frente a estas organizaciones criminales que van penetrando lentamente en la población. Si bien Argentina todavía está lejos de las situaciones que viven Colombia y México por el crecimiento narco, hay lugares como Rosario y Mar del Plata en los que el avance requiere acciones inmediatas y contundentes.