En el rescoldo de los recuerdos, transito el camino de mi escuela primaria: Dr. Guillermo Rawson, multitud de emociones se anidan en la garganta. En ese andar, cada mañana con mis amigas dejábamos marcadas nuestras huellas en las heladas escarchas o rocíos serenos salpicando el reservorio de sus aguas; delimitando nuestro recorrido.

El frío intenso nos hacía aligerar nuestros pasos, porque en ese tiempo no existían pantalones largos para las niñas ni los varones. El guardapolvo representaba la blancura de la inocencia. La primaria constaba de primer grado, primero superior, y así hasta sexto que era el último.

La sonoridad de la campana era el eco en el territorio del patio, allí a cielo abierto flameaba la bandera, confundida con las nubes dejando entrever los primeros rayos solares.

El saludo de la Directora, fuerte, estridente, acallaba las voces llamando a silencio. Antes de entrar a las aulas, el riguroso: "Vista al centro”; consistía en mostrar nuestras manos, uñas y pañuelos, éstas debían estar muy limpias, ya que la maestra revisaba a cada uno.

Las actividades de cálculos mentales, eran rápidas, por aquellos años no se hablaba de calculadoras, computadoras y menos televisión. La clase de lectura consistía en tres pasos, silenciosa, comprensiva y expresiva, también participábamos en concursos de lectura con otras escuelas. Lo que más me preocupaba empezar a escribir con tinta, muchos de los que lean esta nota lo recordarán; tintero adentro de una caja de polvo que usaba mamá, se le hacía un hueco y alrededor una tela para limpiar la lapicera, ésta solía arrastrar finas hebras que se acopiaban en su puntas, dificultando la escritura, o cuando se caía y quedaba abierta su pluma. Nunca faltaba la insoportable mancha de tinta; una vez que aterrizaba en el cuaderno no la sacaba ni el papel secante.

Otro fastidio: el calco de los mapas, qué pesadilla; delimitar provincias, ríos montañas etc.

¡No habían mapas impresos, todo lo hacíamos con mucho esfuerzo! Así concluíamos nuestra primaria sabiendo de memoria el Preámbulo, los principales artículos de la Constitución, la conjugación de los verbos, pero sobre todas las cosas valorar el esfuerzo de nuestros padres, amar la patria, respetando los símbolos nacionales.

Deberes y derechos eran las consignas; comprendiendo que la libertad de uno termina, respetando la libertad del otro Con todo este bagaje estábamos listos para ingresar a la escuela secundaria.