Las redes sociales se están volviendo cada vez más atentas a perseguir la plaga de la pedofilia, pero por otra parte están aumentando exponencialmente el fenómeno de la infantofilia y el de la pedofilia cultural, favorecidos también por el nacimiento de nuevos lugares donde prolifera este delito como Tuvalu, en Oceanía, y Libia. Estas son en síntesis las novedades presentadas en el último Informe sobre la pedofilia y la pedopornografía realizado por la asociación italiana Méter, cuyo sentido etimológico en sentido lato, es el de vientre materno, fuente de vida. Esta organización tiene como fin el de mejorar la calidad de vida de los niños y adolescentes para asegurarles un sano desarrollo psicofísico, promoviendo iniciativas contra la explotación sexual de menores y contra toda otra forma de agresión perpetrada contra ellos.

El Informe reúne datos recogidos durante 2010, tras un atento seguimiento de Internet, gracias al acuerdo de cooperación firmado en 2008 con la Policía Postal Italiana, que ha permitido poner en marcha investigaciones en Italia y en el mundo, con numerosos sospechosos y arrestados por divulgación y explotación sexual de menores.

En primer lugar, las cifras hablan de 69.850 víctimas de abusos durante el año pasado. Todos ellos niños en edad prepúber, es decir, hasta los 12 años. Luego está el problema aún más alarmante de la infantofilia, fenómeno que tiene como objetivo niños de 0 a máximo 2 años. Un fenómeno alarmante que se refleja en las cifras, hablan de un crecimiento casi igual al 100 por ciento. En total, entre 2003 y 2010 se han identificado 689.394 sitios en Internet en el mundo. Además, ha crecido la llamada "pedofilia cultural\'\', es decir, la proliferación de sitios de Internet en los que el abuso y la violencia sexual sobre los menores, se presenta como una "libre elección\'\' o como algo normal. El periodista italiano Antonino D'Anna ha escrito un libro de reciente aparición donde citó el nacimiento en 2006 del partido holandés "Amor al prójimo, libertad y diversidad'' (NVD), el primer partido declaradamente pedófilo, que consiguió presentarse a las elecciones políticas antes de ser disuelto en 2010 y que preveía en su programa bajar la edad de consentimiento sexual a los 6 años. El verdadero reto es el de permitir a las víctimas que habían perdido la esperanza, que salgan del túnel del silencio para que vuelvan a recuperar su dignidad. Se trata de la dignidad humana que ninguna sociedad puede permitir que sea atropellada o vulnerada.