El Senado de la Nación ha sancionado una nueva ley por la que se acota la comercialización de medicamentos de venta libre. La norma deroga el decreto 284/91 que habilitó la venta de analgésicos, antiácidos y digestivos, entre otros, en quioscos, supermercados y almacenes. Ahora, cualquier venta fuera de las farmacias será penada como ejercicio ilegal de la actividad farmacéutica.

En Argentina se registran unas 100.000 internaciones al año vinculadas con el mal uso de fármacos y aunque no se adjudiquen todas ellas a la venta de medicamentos fuera de las farmacias, la modalidad de venta libre tiene una importante injerencia en esa estadística. Es que en el país existen unas 15.000 farmacias habilitadas y unos 120.000 lugares donde se venden remedios sin ningún tipo de control. También influye en esta práctica de venta libre, la publicidad. Una píldora es el medio para adelgazar en cuestión de días y transformarse en una persona atractiva. Un analgésico ayuda a desplegar una actividad sin límites.

Según un estudio realizado hace un año por el Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), todo es posible en el universo simbólico de los avisos publicitarios televisivos de alimentos y medicamentos. El trabajo, que intenta develar las estrategias que intervienen en la construcción de la idea de salud en la sociedad, fue realizado por un equipo interdisciplinario del área de evaluaciones del organismo y analizó diez piezas publicitarias que apelan al concepto de lo "saludable".

Después de separar el mensaje explícito, es decir, el verbalizado y traducido en imágenes, del simbólico, implícito o connotativo, los especialistas llegaron a la conclusión de que los anuncios televisivos que esgrimen atributos saludables, transmiten una idea distorsionada de lo que es la salud. Reducen el ideal de belleza a la delgadez; sugieren desestimar síntomas que podrían originarse en múltiples causas reduciéndolos a una sola, como los dolores o el cansancio; aluden a la importancia de alcanzar los objetivos en el menor tiempo posible, al menor costo y, sobre todo, sin esfuerzo y sin control médico alguno. Y enfatizan que se puede obtener un alto rendimiento psíquico y corporal para responder a las exigencias de la vida actual.

Con la nueva norma habrá mayor control sobre la oferta de medicamentos, disminuyendo el riesgo de fármacos falsos y adulterados, y la palabra del profesional ayudará a evitar el mal uso.