En un hecho inédito, único no sólo en América Latina sino también en todo el mundo, la Argentina acaba de restituir a Ecuador 500 piezas, entre vasijas y tejidos, que habían entrado a nuestro país por contrabando. Una situación similar se presenta con Perú, al que a fines de este mes le tocaría el turno para que le sean restituidas alrededor de 4.150 piezas robadas de ese país e incautadas en territorio argentino.
El contrabando de piezas arqueológicas y paleontológicas es una práctica muy usual, por parte de mercenarios de esta actividad que encuentran en países del hemisferio Norte, especialmente Europa, muy buenos clientes interesados en estas riquezas latinoamericanas.
El robo de piezas de arte y su comercio internacional los ha convertido en un delito típicamente transnacional. La detección de ese valioso material se concretó hace más de 10 años, gracias a una serie de operativos de la Policía Aeroportuaria nacional que dispuso cinco allanamientos en la ciudad de Buenos Aires. Desde entonces los objetos han permanecido en custodia en el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL).

La devolución del cargamento fue anunciada a mediados del año pasado por la expresidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner y, a pesar del cambio de gobierno, el propósito no sufrió ninguna alteración, por lo que pudo concretarse sin ningún problema.
Entre los objetos más antiguos que han sido restituidos hay cerámicas de la cultura valdivia, de Ecuador, del año 1600 antes de Cristo. También de Ecuador hay piezas de las culturas Chorrera, Tucahuan e Inca.
Llama poderosamente la atención los volúmenes de piezas contrabandeadas, como también la calidad y la originalidad. La cantidad de piezas por sí mismas constituyen una muestra para cualquier museo, incluyendo una momia que en días más podrá descansar en su lugar de origen, de donde nunca debió salir.

De ahora en más se deberán intensificar los controles en las fronteras y otros puntos de ingreso al país, para evitar que el tráfico de piezas arqueológicas y antropológicas continúe, como ha estado ocurriendo hasta ahora. Estos elementos representan para cada cultura la base de su formación y, como ya se ha dicho tantas veces, no pueden ser sacados de su ámbito propio, para venderlos o regalarlos.