Las manifestaciones en repudio a la actitud policial de impedir que una joven madre amamantara a su hijo en una plaza de San Isidro, Buenos Aires, tuvieron tal trascendencia que hubo concentraciones en todo el país de mujeres alimentando en público a sus bebés, inclusive en nuestra ciudad, para expresar el absurdo proceder de los agentes comunales de ese distrito.
El episodio también motiva a revalorizar la lactancia materna, creando conciencia en la sociedad tanto al considerar que no existe un alimento para el recién nacido que sustituya al recibido en la lactancia en sus primeros seis meses. Pero también sectores de la comunidad se han sensibilizado por el episodio y hacen aportes para facilitar las urgencias de las madres en la vía pública. Es el caso de un bar de Santa Fe que ofrece su salón y convida con té gratis, para que no den el pecho en la vía pública debido a las bajas temperaturas.
Fuera de las anécdotas y las repercusiones en las redes sociales, se debe remarcar una cuestión vital para el recién nacido. Según Unicef, el organismo de las Naciones Unidas para la infancia y la alimentación, si se alimentase a todos los bebés sólo con leche materna desde el momento que nacen hasta los seis meses de edad, se salvarían más de 800.000 vidas cada año, por lo que es una cuestión de vida o muerte.
Es que según un informe del organismo, en el mundo de cerca de 77 millones de bebés, uno de cada dos, no toman leche materna es sus primeras horas de vida, lo que les priva de nutrientes, anticuerpos y el contacto con la piel de la madre que son esenciales para protegerlos de las enfermedades y de la muerte. Además, critica los procedimientos hospitalarios que demoran más de lo razonable el tiempo del primer contacto del recién nacido con la madre fuera del útero, porque esto disminuye las posibilidades sobrevivencia de la criatura y limita la producción de leche de la madre.
La leche materna es la primera vacuna del bebé, antes de recibir las vacunas del calendario pediátrico, por lo que representa la mejor protección al nacer, por tanto la lactancia temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte, afirma la organización internacional.
En la cuestión de la lactancia también se cuestiona la tendencia en naciones desarrolladas de madres jóvenes que por razones de tiempo en sus ocupaciones, o para mantener su figura, reemplazan la leche materna por productos derivados de lácteos vacunos que nunca llegan a sustituir al proceso natural.
