Dos entidades médicas advierten que los chicos y adolescentes que adhieren a la moda de usar los auriculares del celular o el reproductor portátil, casi como una parte inseparable de su cuerpo están en zona de riesgo auditivo. La Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica y la Federación Argentina de Sociedades de Otorrinolaringología, estiman que el 30% de los chicos y adolescentes tendrán algún grado de hipoacusia que afectará su rendimiento estudiantil o laboral.
La exposición continua de dos o tres horas por día, a más de 90 decibeles dirigidos directamente al interior del oído garantiza una lesión. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que ese tipo de reproducción no supere los 5º decibeles de intensidad. De hecho, cuando muchos jóvenes acuden al especialista descubren que ya tienen una disminución auditiva que puede ser permanente.
Deberíamos preguntarnos si nuestros chicos de hoy serán discapacitados auditivos mañana. El 30% de la población entre 10 y 24 años tendrá trastornos auditivos por exposición no laboral al ruido. Y eso no es poco: equivale a por lo menos 3 millones de personas que sufrirán un daño que no se cura. La OMS señala que una de cada cinco personas escucha música durante tres horas diarias a 95 decibeles, lo que provoca hipoacusia. Pero a eso en los jóvenes hay que sumarle la exposición que sigue a la noche en los bares y en los boliches.
El ser humano fue dotado de un sofisticado sistema auditivo para oír los ruidos de la naturaleza, y a sus habitantes, que están constituidos básicamente por frecuencias graves y con intensidades que usualmente no pasan de 90 decibeles. Pero el hombre ha creado máquinas e instrumentos que generan tonos agudos y a altísima intensidad de 150 decibeles o más. La estructura más lábil del sistema auditivo es el oído interno o cóclea, y uno de los elementos que más le agraden es la alta intensidad del sonido.
La lesión coclear por el sonido, denominada +trauma acústico+ o +sordera por el ruido+ pasó en las últimas décadas de ser una afección profesional, en trabajadores expuestos a alta intensidad de ruidos, a una que se observa a diario en los adolescentes y los niños que consultan por sordera. Concurrir a boliches y recitales u oír música con equipos como el iPod, que generan y entregan hasta 140 decibeles de modo directo al oído, está produciendo tantas lesiones cocleares y sorderas que cada vez es mayor el número de integrantes de la generación de jóvenes con audición de viejos.
