La vida contemporánea que suele mostrar grandes avances y descubrimientos realizados por el hombre pone a este en la situación de tener que observar tanta novedad, por la que resulta sorprendente ver como en el afán de dar explicaciones a cuanta situación tiene frente de sí, puede ser resuelta. Al tener la iniciativa de orientarse a lo que el mundo exterior (personas o cosas, hechos o acontecimientos) le ofrece, no presta la debida atención a su entorno para lograr un reconocimiento de su particular situación y seleccionar así de este lo más conveniente y cercano al conocimiento. Es por ello que una reflexión oportuna puede darle respuestas más fundadas y certeras en torno a la verdad.

El acceso al conocimiento tiene varias entradas, pero no podemos permitirnos creer que con el sólo estímulo de la información estamos en la posición de plantearnos e incorporar cuestiones e interrogantes pertinentes a la incorporación de nuevos saberes para explicar un mundo que de alguna manera nos pertenece. Antes de llegar a lo que denominamos propiamente conocimiento es necesario pasar por una serie de etapas lógicas. El resultado final de este proceso son los conocimientos.

La confusión existente en las personas es creer que la información es conocimiento o que el acumular datos representativos de la realidad, nos aproxima a él; pero la realidad es que la información en sí no es conocimiento sino es transformada y utilizada para elaboraciones que acrecienten el saber. Con un simple gráfico que mostramos a continuación revelamos como el objetivo se hace entendible y el progreso que se debe dar para que la información se convierta en conocimiento.

Información + datos + elaboraciones = conocimiento.

La información es el punto de partida o estímulo que provoca las motivaciones iníciales para el origen del conocimiento. Los datos, son la materia misma que permite que el desarrollo del mismo proceso se ponga en marcha y finalmente las elaboraciones son las propuestas en resultados de la teoría o explicación de los trabajos realizados.

Pero expresado de esta manera, para que realmente se produzca un "salto al conocimiento'' se tiene que dar un cambio tal que implique la incorporación de una nueva estructura de pensamiento una estructura tal que signifique encontrar lo que llamamos "la libertad del conocimiento'' y por la cual la misma verdad se haga patente; sólo en este caso el hombre libera su interior y dispone su intelecto, razón y voluntad de lado de la virtud, verdad y dignidad.

El riesgo más común, es el de caer preso de la información y convertirse en servidor de ella, más aspirar al conocimiento es develar la realidad y responder por ella. Por ejemplo: yo puedo tener una impresión determinada de una persona, puedo llegar a una opinión fundada de los hechos, describir los acontecimientos como se produjeron o aplicarle a las cosas las cualidades que le son propias, pero no por ello afirmar que he alcanzado un conocimiento o la verdad de él. El proceso mediante el cual se llega al conocimiento, requiere de un esfuerzo tal que la voluntad hace renunciar a los prejuicios y falsedades y por el que no sólo se alcanza la verdad, sino que se la sostiene y proclama ante el hombre común orientándolo.

Cuando el hombre se ve engañado o dirigido hacia la mentira vive en un mundo de pareceres, donde el encuentro con lo material, la necesidad, el gusto o el placer le dará respuesta en lo inmediato y "siempre será un necesitado'', pero habrá sellado la puerta al conocimiento el que jamás obtendrá solo y siempre precisará de otro del cual dependerá.

Hacer de la información un camino para la formación al conocimiento verdadero será la meta.