SAN JOSÉ, el padre de Jesús en la tierra. El hombre obediente a la voluntad de Dios.

El papa Francisco, el 8 de diciembre de 2020, nos regaló la Carta Apostólica Patris Corde, al cumplirse ciento cincuenta años en que el Beato Pío IX (el 8 de diciembre de 1870) proclamara a San José como "Patrono de la Iglesia Católica". Motiva la epístola las reflexiones del papa Francisco durante los meses de pandemia, en los cuales hemos podido experimentar que nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes: médicos, enfermeras y enfermeros, personal de limpieza, de seguridad y tantos otros que comprendieron que "nadie se salva solo". Todos ellos pueden encontrar en San José -el hombre que pasa desapercibido-, un intercesor en tiempos de dificultad. José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos son protagonistas de la historia de la salvación.

 

  • Gracias especiales sobre San José

El papa Francisco destaca siete gracias especiales con las cuales fue bendecido José.

 

  • Padre amado. La grandeza de José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús. Citando a San Pablo VI expresa que la paternidad de José se manifestó concretamente "al haber hecho de su vida un servicio al misterio de la Encarnación”.
  • Padre en la ternura. José vio crecer a Jesús día a día, en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y los hombres (Lc. 2, 52). Jesús vio la ternura de Dios en José. El Papa enseña que muchas veces pensamos que Dios se basa sólo en la parte buena de nosotros, cuando en realidad la mayoría de sus designios se realizan a través y a pesar de nuestra debilidad. Debemos aprender a aceptar nuestra debilidad con ternura. Satanás nos hace mirar nuestra debilidad y nos acusa, mientras que el Espíritu Santo la saca a la luz con ternura y nos defiende. José nos enseña a creer que Él puede actuar a través de nuestros miedos y debilidad. En medio de la tormenta no debemos temer ceder a Dios el timón de nuestra barca.
  • Padre en la obediencia. Dios reveló su voluntad a José a través de sueños. Primero, cuando había decidido abandonar en secreto a María, Dios le manifestó: "No temas aceptar a María, tu esposa, porque lo engendrado en ella proviene del Espíritu Santo (Mt. 1, 20-21). Segundo, cuando se le ordenó ir a Egipto, porque Herodes buscaba al niño para matarlo (Mt. 2, 13). Tercero, cuando estando en Egipto se le ordenó regresar a Israel (Mt. 2, 19-20). Cuarto, cuando en el viaje de regreso a Israel se le dijo ir a radicarse en Nazaret (Mt. 2, 22-23). En los cuatro casos, José, sin pronunciar palabra, obedeció a Dios.
  • Padre en la acogida. José acogió a María, su esposa, sin poner condiciones. Confió. No se resignó pasivamente. Es un protagonista valiente y fuerte. La acogida manifiesta en nuestra vida el don de la fortaleza que nos viene del Espíritu Santo. Sólo Dios puede darnos la fuerza para acoger (aceptar) la vida tal como es, incluso para hacer lugar a su parte contradictoria, inesperada y decepcionante.
  • Padre de la valentía creativa. La primera etapa de toda curación interior es acoger, aceptar, la propia historia. Necesitamos además otro elemento: la valentía creativa. Ante las dificultades y problemas podemos detenernos y bajar los brazos, o ser creativos para sacar a relucir los recursos que ni siquiera pensábamos tener. José fue el hombre por medio del cual Dios se ocupó de los comienzos de la historia de la Salvación. El carpintero sabía transformar un problema en oportunidad, poniendo siempre por delante la confianza en la Providencia.
  • Padre trabajador. Un aspecto que caracteriza a José y que se ha destacado desde la época de la primera Encíclica Social, la Rerum Novarum de León XIII, es su relación con el trabajo. José fue un carpintero que trabajó honestamente para asegurar el sustento de su familia. De él Jesús aprendió el valor, la dignidad y la alegría de comer el pan que es fruto del propio trabajo. El trabajo se convierte en participación en la obra creadora de Dios, que sirve para desarrollar las propias potencialidades poniéndolas al servicio de los demás.
  • Padre en la sombra. Su Santidad Francisco citando una novela (La sombra del Padre) de un escritor polaco, señala que con la imagen de "la sombra" se define a José que para Jesús es la sombra de Dios Padre, que lo auxilia, lo protege, no se aparta de su lado. Un padre asume la responsabilidad de la vida de otro. La paternidad significa introducir al hijo en la realidad, no para retenerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre.

En conclusión, personalmente lo que siempre me sedujo de la persona de San José es que él, en los evangelios, nunca habla. Es el hombre obediente a la voluntad de Dios.

 

Por: Juan Manuel García Castrillón
Abogado