También cobra fuerza en Estados Unidos, aunque en menor escala, ya que muchos legisladores le ponen trabas por temores de ser potenciales amenazas a la seguridad nacional. Según los estudios, las empresas chinas comprarán cada vez más compañías en el continente en los próximos años, desde petroleras, mineras y de otros recursos naturales en Latinoamérica hasta plantas manufactureras en EEUU. A medida que crecen las empresas chinas, aumenta su necesidad de expandirse en el exterior.

El estudio de la Asia Society y el Woodrow Wilson International Center, titulado "¿Una puerta abierta de EEUU?”, estima que las inversiones extranjeras de China en el mundo aumentarán de 230.000 millones de dólares actuales a entre U$S 1 billón y U$S 2 billones en 2020. La cifra no incluye las compras de bonos o las inversiones pasivas en acciones y valores extranjeros.

Hasta ahora, China era virtualmente inexistente como inversor global. Aunque representa el 8% del comercio mundial, sólo tiene 1,2% de las inversiones externas. Pero a diferencia de lo que ocurría seis años atrás, cuando la empresa china Lenovo asombró al comprar la división de computadoras personales de IBM, esto se está volviendo cada vez más común. El año pasado, entre otras transacciones, la petrolera china Sinopec compró Repsol-YPF de Brasil en U$S 7100 millones.

Un reciente estudio de la Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal) revela que las inversiones directas de China en Latinoamérica llegaron a U$S 15.000 millones el año pasado, duplicando el total de lo invertido en los últimos 20 años. Además, prevé invertir U$S 22.700 millones a partir de este año, en tanto las inversiones en EEUU han sido menores: U$S 5000 millones en 2010, pero también duplicadas el año pasado.

¿Qué induce a China a invertir en América?, le pregunté a Alicia Bárcena, directora de la Cepal. Señaló que busca asegurarse el suministro de petróleo, minerales, soja y otras materias primas y quiere protegerse de aumentos de precios o de interrupciones en el aprovisionamiento. Por eso, las empresas chinas quieren pasar de ser importadoras netas a propietarias de las firmas locales que producen las materias primas que China importa. Además, que se enfrentan con barreras tarifarias en algunos grandes mercados, caso de Brasil, donde compran empresas locales para poder vender allí sus productos. Y como los costos de mano de obra aumentan en China, sus empresas se han expandido a Vietnam y a otros países asiáticos para bajar costos de producción, y podrían hacer lo mismo en Latinoamérica, dijo Bárcena.

Mi opinión: la irrupción de China como gran inversor extranjero en América es algo positivo, pero trae consigo algunos problemas que la región haría bien en prevenir. China está comprando empresas latinoamericanas, pero pone muchas trabas para que firmas de la región puedan comprar empresas chinas, y vender sus productos allí. Además, la concentración casi exclusiva de China en las materias primas latinoamericanas amenaza con convertir a estos países en economías de extracción, demorando el desarrollo industrial de alta tecnología. Y las empresas chinas no son famosas por cumplir con las reglas ambientales o las leyes contra la corrupción.