Tanto en la oposición como en el oficialismo empezaron, de manera llamativa por el tiempo que queda para que los sanjuaninos elijamos nuevas autoridades, a exponer decisiones. La definición más tajante y pública fue la del intendente de Rivadavia, Fabián Martín, quien en una entrevista en Radio Sarmiento admitió su intención de competir por el sillón de Gobernador. "Estoy en el lote de candidatos", "tengo ganas", "me estoy preparando", y "recorro la provincia" tiró el jefe comunal, entre otras frases. Después fue esquivo, y se entiende. Expresiones despampanantes para alguien que se piensa ajedrecista de la política, y sorpresivas para sus socios, quienes habían pactado no mencionar nombres propios amparados bajo la norma orreguista de que "la gente no quiere escuchar políticos". Pero la carta más importante de la semana, por el peso político que acarrea, la jugó el gobernador Sergio Uñac en alguno de los encuentros con dirigentes que tuvo en días pasados. Un par de asistentes a esos mitines reservados soltaron que hay línea tendida entre referentes del uñaquismo y del giojismo. Sorpresa y media. Hay charlas, dicen. No todo está roto, aseguran. Si esas versiones son ciertas, ¿podrán Uñac y José Luis Gioja acordar luego de todo lo que pasó y no pasó entre ambos en seis años? Uñac se enfrenta otra vez al desafío de unir al PJ o dejarlo fracturado para siempre, además de que le gusta construir y ganar. Por su lado, Gioja no tiene más futuro que 2023 sin un acuerdo, y él lo sabe. Quizás las respuestas ya sobran.


Vamos por partes. El repentino sincericidio de Martín acabó por exhibir la falta de un plan de corto, mediano y largo plazo de Juntos por el Cambio (JxC) en San Juan. La clave para esta obviedad fue la respuesta de sus socios políticos a la postulación de Martín. Todos coincidieron en haberse sentido sorprendidos, un par lo apoyaron pero con reparos, y el presidente del Pro local, Enzo Cornejo, directamente se inclinó por Marcelo Orrego como candidato a gobernador. No fue esa la pregunta, la pregunta apuntaba a Martín. Cornejo, con la torpeza que lo caracteriza, intuyó erróneamente que esto se trataba de una competencia entre el intendente y el diputado nacional por la candidatura a gobernador y acabó por adelantar lo que debería ocurrir recién el año que viene. La opinión de Cornejo es importante porque, a su vez, es la opinión del Pro nacional, la columna vertebral de la campaña de JxC en San Juan y seguramente en buena parte del país. Entonces, si Cornejo dice Orrego, es porque Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y hasta el mismísimo Mauricio Macri no dejarán que el intendente de Rivadavia se convierta en el candidato a gobernador de ese espacio en estas tierras.


Pero, de Orrego y Martín, ¿quién es el mejor candidato? A falta de encuestas, la lógica indica que el santaluceño puede tener mayor aceptación popular que el del Oeste. Pero los votos no definen candidatos en el macrismo sanjuanino, porque si esa es la norma Rodolfo Colombo debió ser el candidato en primer término en las elecciones legislativas del año pasado y no lo fue. Con el diario del lunes y la escasa diferencia electoral que hubo entre el Frente de Todos (FdT) y Juntos, es muy probable que con el exministro de Gobierno encabezando listas, el resultado terminaba dándole una histórica victoria al macrismo. Entonces, no se trata de votos. Se trata de sociedades y de acomodamiento interno. De no lesionar el orgullo y el acompañamiento de los principales referentes del espacio, como un club de amigos, se puede decir. Da la sensación de que Martín se cansó de ese statu quo orreguista/basualdista y se la va a jugar. En las Legislativas intentó imponer a Nancy Picón como candidata en primer término, y no pudo. Probablemente esté avisando que quiere mucho más de lo que sus amigos están dispuestos a entregarle.


En medio de todo, Uñac avisó que en un par de semanas van a enviar a la Cámara de Diputados un proyecto para modificar la Ley de los partidos y definir reglas para que esas sociedades políticas elijan a sus candidatos. Hay cientos de rumores dando vueltas en los cafés y los despachos de los funcionarios y dirigentes de todos los palos políticos de San Juan y alrededores, pero todo parece indicar que los "científicos" en estos temas se inclinan por dos opciones. La primera es muy restrictiva y no permitiría juego interno. Cada candidato a intendente debe tener su propio candidato a gobernador. Por ejemplo, si Orrego quisiera a Guido Romero como candidato a intendente en Capital y Colombo quiere participar, podría hacerlo, pero debería tener su propio candidato a gobernador. Y para presentar un candidato a mandatario provincial, el líder de Actuar debería armar listas con candidatos a intendentes en al menos, se supone, diez departamentos, lo que le hace casi imposible su participación. La otra opción que manejan en el laboratorio del justicialismo, es permitir que haya más de un candidato a intendente con un solo candidato a gobernador de cada partido o frente donde no haya acuerdo, pero con límites. No más de tres listas por departamentos. En ese caso no podría haber más de un candidato a gobernador, pero esa es la discusión que provocaría menos peleas, porque muy pocos o casi nadie se animaría a enfrentarse a Uñac en una interna, si se habla del justicialismo. El problema está abajo, en el caso del FdT, y al revés en el caso de JxC. La alianza opositora puede terminar rota si Orrego y Martín no se ponen de acuerdo. No así el oficialismo. Todo se sabrá pronto.

Fabian Gramajo.


En el peronismo sanjuanino surgen versiones de todo tipo, aunque en esta semana la de alguna que otra charla de referentes del uñaquismo y el giojismo, sonó con fuerza. Esas habladurías indican que el giojismo quiere asegurarse un distrito a sabiendas de que ya perdieron una elección interna, un municipio y que la provincia no sucumbió, como pronosticaban los adláteres de Gioja luego de que el actual diputado nacional dejara la Casa de Gobierno. Todo lo contrario. Gioja dejará de ser diputado nacional en noviembre del año que viene, y quiere seguir haciendo política. Puede, por primera vez en mucho tiempo, quedarse sin cargo si es que mantiene esta pulseada con Uñac. Por el lado del uñaquismo y si esas versiones son ciertas, se dice que el gobernador no quiere fracturar el PJ de manera definitiva sea cual fuere el resultado de la elección del año que viene. Uñac debe concentrarse en la Gobernación de San Juan y las zancadillas le ocupan tiempo. Sabe, además, que la elección del año que viene será voto a voto. A seis años de haber llegado a la Casa de Gobierno, el pocitano está mostrando una madurez política que reafirma su perfil de pragmático, y si el pragmatismo le indica que es hora de acordar parece, según esas versiones, que podría al menos sentarse a escuchar, algo que hasta hace unas semanas era imposible. Todo depende de las ganas de cada uno de continuar camino sin matar al otro. Las charlas líneas hacia abajo, existen, de eso no hay dudas. Lo que nadie puede asegurar es cuál será el resultado de esas discusiones.


En resumen, esta semana los políticos fueron vencidos por la ansiedad y empezaron a dar pistas de lo que vendrá. El intendente de Chimbas, Fabián Gramajo por ejemplo, se calzó el traje de posible ministro de Desarrollo Humano cuando la elección del año que viene no está ganada todavía. De esa afirmación de Gramajo, no hay mucho que analizar, ya que evidentemente se trató de algún error en la comunicación, o algún otro problema de difícil explicación. Gramajo tiene votos y gestión como para dar el salto que quiera. Raro.