Los productos genéticamente modificados son parte de los avances científicos en el mundo del conocimiento y en las innovaciones Argentina marca rumbos con las oleaginosas competitivas en el plano internacional, por la calidad y los rendimientos. Ahora las autoridades agropecuarias han modificado la reglamentación para la producción de semilla genéticamente modificada para los cultivos de soja y maíz, ampliándola a otras plantaciones.
La nueva disposición de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación prevé no sólo la producción de semillas genéticamente modificadas sino también de biomasa con aplicación a procesos agroindustriales y de agregado de valor. En ese sentido abre el círculo que limitaba la actividad al maíz y la soja, de manera de incorporar las aplicaciones a producciones de interés agropecuario, cuyo desarrollo se quiere potenciar, según afirma el organismo, como los cultivos de caña de azúcar, de la papa, la remolacha azucarera, el arroz, el cártamo y la alfalfa -de indudable interés para el agro sanjuanino-, entre los más relevantes.
La Secretaría deberá otorgar las autorizaciones para la producción de semillas y/o biomasa pertenecientes a materiales vegetales regulados, en forma previa a la siembra, de acuerdo a lo establecido en la norma, para lo cual contará con el apoyo de la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria y de la Dirección de Biotecnología de la cartera, que efectuarán una evaluación caso por caso a fin de que las autorizaciones otorgadas conciernen a la preservación de la bioseguridad de las actividades que involucran la liberación al agroecosistema de vegetales genéticamente modificados regulados.