Se entiende por "eutanasia” una acción que facilita la muerte para evitar grandes dolores al paciente, o para provocar la muerte del enfermo desahuciado y suprimir vidas que llaman "sin valor”. En este sentido debemos tener en cuenta que ya se mate a un niño o a un anciano inocentes, sea en forma brutal o sin dolor, existe la injusticia de haber violado el derecho fundamental de éstos a vivir. Existe la obligación moral de tener un razonable cuidado de nuestra salud y, por lo tanto, estaría mal rechazar un tratamiento capaz de restablecer la salud. Sin embargo, sería lícito rechazar un tratamiento que sólo prolongará el proceso de la muerte, o incapaz de curar una enfermedad ya terminal; esto sería rechazar un tratamiento inútil. No sería razonable emplear tratamientos desproporcionados e inútiles, los cuales pueden ser lícitamente rechazados por un enfermo terminal, con capacidad de decisión; esto sería aceptar lo que es inevitable, no tratando en vano de impedirlo, ya que tenemos el derecho a no someternos a tratamientos inútiles ante una muerte inevitable, aceptando con dignidad ese momento. Y si se trata de un paciente incapaz de decidir por sí mismo el rechazo de un tratamiento desproporcionado o inútil, en este caso es moralmente lícito dejar morir al mismo. Para tomar esta decisión están autorizados quienes son responsable del cuidado del enfermo, a saber: miembros de la familia, padres, cónyuges, hijos, parientes cercanos. La autoridad pública posee el deber y el derecho de tomar tal decisión, solamente cuando no hay miembros competentes en la familia que lo hagan.

La encíclica "’Evangelium vitae” del papa Beato Juan Pablo II, hace una extensa referencia a la eutanasia presentándola como "’uno de los síntomas más alarmantes de la "cultura de la muerte", que avanza sobre todo en las sociedades del bienestar, caracterizadas por una mentalidad eficientista que presenta al creciente número de personas ancianas y debilitadas como algo demasiado gravoso o insoportable” (n.64). Afirma la encíclica que de la eutanasia "’debe distinguirse la decisión de renunciar el llamado "ensañamiento terapéutico", o sea, ciertas intervenciones médicas ya no adecuadas a la situación real del enfermo por ser desproporcionadas a los resultados que se podrían esperar, o bien ser demasiado gravosas para él o su familia….”.