La vanidad y soberbia del hombre, quedan señaladas por la naturaleza.Claro que algunos darán explicaciones científicas y no doblegarán su ego. Pero en general, nos queda una sensación primero de dolor ante el hermano azotado. El vernos "pequeñitos" ante una situación como la acontecida con el terremoto en México o los huracanes que asolaron la región del Caribe. Todos estos acontecimientos nos podría servir como enseñanza para comprender y desterrar la soberbia de esta humanidad presente.


No somos todo poderosos. Como segunda lección, debemos ser solidarios. Y como tercera, necesitamos ser previsores, ya sea tanto en Argentina en general como en San Juan en particular. Porque aquí estamos propensos a sismos y otros fenómenos naturales.


En este contexto, quiero compartir con los lectores que hace unos años visité Defensa Civil. Luego de esa visita quedé muy preocupada. El típico organismo burocrático, ineficiente, con empleados mantenidos por nosotros, los ciudadanos. En ese momento me dijeron que, ante un siniestro, "llamamos a la Policía o bomberos".


En la época de los militares, siendo profesora universitaria, me designaron para hacer un curso de Defensa Civil. Allí tuve conciencia del rol importante y previsor para la sociedad.


En nuestra querida democracia, observo que se desvirtúan los organismos del Estado, al no haber conciencia de productividad, eficiencia y responsabilidad, se convierten en" aguantaderos" sociales, improductivos e ineficientes. Los políticos sólo saben del deber; "debemos tener educación, debemos tener salud, etc. Está en nosotros ciudadanos exigir a los candidatos a cargos públicos la respuesta de cómo harán lo que prometen. Ser previsor, responsable y eficiente es una obligación.