Si bien gran parte del radio céntrico de la ciudad de San Juan posee el Estacionamiento Controlado (ECO), las calles que no han sido incluidas por estar ubicadas en la periferia del área prevista están bajo el dominio de los denominados "trapitos", que ofrecen un servicio de cuidado o limpieza de parabrisas cuyo pago no es voluntario, como ocurría hace tiempo, sino que ahora representa una suma fija establecida que en ocasiones resulta muy onerosa para el propietario de un automotor.

Este fenómeno se repite en algunas villas cabecera de los departamentos o en las inmediaciones de lugares donde se organizan bailes, espectáculos artísticos, clubes deportivos e inclusive iglesias, sitios en los que los conductores deben estacionar sus vehículos por prolongados lapsos y dejarlos a la merced de estos "servidores públicos" que se acercan y se ofrecen "gentilmente" a cuidar autos, camionetas y motos.

Tener necesidades económicas no es ningún justificativo para que haya personas que ejerzan de "trapito" ya que lo que ellos están haciendo es usufructuar el espacio público en beneficio propio, realizando una actividad que no está reglamentada ni regulada por ninguna norma legal.

Los municipios, en primer lugar, y el Gobierno provincial en segundo término deberían abocarse a encontrar una solución a este problema que lo viven todos los sanjuaninos cada vez que necesitan estacionar en un lugar público. La sanción de ordenanzas o de una ley que ponga freno a esta actividad sería muy bien vista por la comunidad, como una forma de evitar los atropellos, abusos e, inclusive, los malos gestos que en ocasiones se deben tolerar cada vez que alguien pretende estacionar en un lugar público y abierto.