Pasaron setenta años de la implementación del voto a la mujer. Se trata de un hito en la historia política argentina. Este hecho fue el resultado de una larga lucha, que se inició en las últimas décadas del siglo XIX, protagonizada por varias y visionarias mujeres. Fue el 23 de septiembre de 1947, durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón, que se sancionó la ley número 13.010, que otorgó este derecho a las mujeres argentinas.


En la historia se cuenta que en la tarde del día 23, una multitud reunida en la Plaza de Mayo, le confirió un halo de fiesta cívica a este hecho. Si bien en este suceso tuvo que ver Eva Perón y su propio esposo, la lucha por este derecho tiene otros precursores. El gran mérito de Evita es que logró materializarlo, hacerlo tangible a través de un normativa legal. También, como sabemos, nuestra provincia fue la pionera en este tema, en ocasión de promulgarse le ley del sufragio femenino, incluido en la Constitución de 1927, en el gobierno de Aldo Cantoni.

En este sentido, los sanjuaninos debemos sentirnos orgullosos. Volviendo al punto central, existieron varias mujeres que lucharon por este derecho esencial, en un mundo político que sabía a machismo. Varias de ellas pertenecieron al Partido Socialista, incluso anarquistas, que bregaron por la participación de la mujer en el mundo político, siguiendo el ejemplo de lo que sucedía en Europa. Un hecho un tanto curioso es que se llegó a realizar un simulacro de sufragio femenino, como una manera de hacerse escuchar. Entre estas mujeres estaban a Alicia Moreau de Justo, Elvira Rawson de Dellepiani, Julieta Lanteri, Cecilia Grierson y Alfonsina Storni. Algunas de ellas fueron nombradas en los acalorados debates en el Congreso, para darle sustento a la ley propuesta y lograr la aprobación de la misma. Unos meses antes de esta sanción, a comienzos de 1947, Eva Perón en un mensaje radial, habló a los argentinos sobre el significado y el sentido del sufragio femenino. En un posterior mensaje manifestó: "ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico de la sociedad".


En este contexto, la esposa de Perón, promovió una gran campaña, hablando con legisladores, con las mujeres que conformaban los Centros Cívicos, a través de la prensa y otras instituciones. Su prédica tuvo eco en un conjunto poblacional femenino que era inmenso. Cuando Perón se postuló nuevamente como candidato presidencial, las mujeres por fin se acercaron a las urnas.