Es tiempo de que nuestra sociedad, más allá de las propagandas engañosas del sexo libre y del sexo seguro, empiece a hablar y a educar en el sexo responsable, como se pide a los jóvenes responsabilidad en las bebidas y en las drogas.

Un estudio de la Consejería de Salud Sexual de la Universidad Nacional de La Plata reveló que el 52% de las 200 alumnas consultadas entre enero y mayo de este año, tomó la pastilla del día después para evitar el embarazo, por no cuidarse al mantener relaciones sexuales. El 77% admitió que no tuvo inconvenientes para acceder al medicamento, a pesar de no haber consultado al médico. La pastilla no debería venderse en farmacias sin prescripción médica porque contiene una droga que impide el ascenso del espermatozoide para fecundar el óvulo. La Consejería de Salud Sexual, responsable del estudio, es un servicio que ofrece la universidad a sus estudiantes, desde hace más de dos años, libre y gratuito, tres veces por semana.

Según la encuesta, además, el 95% aseguró estar informada respecto del sida, mientras que el 70% admitió haber realizado consultas periódicas vinculadas con la salud sexual, tales como prevención y control del cáncer uterino y estudios de colposcopia y Papanicolaou. El estudio también reveló que la mitad de la población inició su actividad sexual entre los 17 y 19 años, en tanto algo más de un tercio lo hizo entre los 14 y los 16. Casi tres de cada cuatro tienen relaciones con parejas estables, que en algunos casos alcanza a los siete años. La píldora del día después es el anticonceptivo de emergencia al que se puede recurrir cuando no se utilizó ningún método anticonceptivo. La pastilla tiene alto grado de efectividad, sobre todo si se toma rápido, ya que la eficacia se reduce con el tiempo. No más de 72 horas luego de la relación. En Chile, la Cámara de Diputados sancionó, por amplia mayoría, el proyecto para garantizar la entrega de la "píldora del día después" en los servicios de salud pública. Según la ministra de Salud chilena, la responsabilidad del Estado está íntimamente ligada a la de las personas que son objeto de derecho.

Para evitar polémicas, se debería promover una verdadera educación que lleve a la persona a reconocer la propia dignidad y la del otro, para favorecer una maduración que le capacite en la entrega de si misma en el matrimonio.