La legisladora porteña María José Lubertino, alineada con el Gobierno nacional, continúa con sus polémicas iniciativas sobre la sexualidad, aunque con más prensa que sustento político. El proyecto de ley, para entregar preservativos a los alumnos de los dos últimos años de las escuelas primarias y secundarias de la Capital Federal parece ir camino al archivo.
Lubertino afirma que busca garantizarles a los chicos la prevención de embarazo y enfermedades venéreas, pero recibió el firme rechazo del propio ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, al señalarle que la única forma de prevenir desde las escuelas es brindar información y abrir espacios para el debate de ideas. Le advirtió que así lo determina la Ley de Educación Sexual Integral, que no es materia opinable, sino que debe cumplirse. Pero la legisladora kirchnerista fue más lejos, e intentó hacer un acto en la Escuela Técnica N¦ 5 del barrio de Flores, frenado por las autoridades. Entonces, Lubertino entregó preservativos a los transeúntes que pasaban frente a la escuela.
Desde su penosa gestión frente al INADI, donde logró el matrimonio igualitario y proyectó el aborto legal y la muerte digna, Lubertino no cesa en atacar a la familia, pilar de la educación sexual y quiere ir más allá: propicia que los botiquines de las escuelas porteñas tengan píldoras del día después. El colmo lo planteó en Twitter, al aconsejar que ante una violación hay que tratar de negociar con el violador, pedirle que se ponga preservativo y hablarle de enfermedades sexuales. ¿Pensará que una violación es una reunión íntima? El total repudio de las redes sociales le indica cuál es el pensamiento mayoritario de la sociedad ante este paradigma del garantismo ideológico.