Las siglas son un recurso al que se acude cada vez en forma más asidua, dada la gran cantidad de organismos, entidades o instituciones que, con nombres complejos, son mencionados de manera permanente en diversos ámbitos de nuestra vida. En ocasiones, hay siglas que se nos hacen tan familiares, ya sea porque las escribimos a menudo o las escuchamos por radio o televisión, que las incorporamos a nuestro léxico como si fuera lo más normal del mundo. Y no comprendemos que hay personas que en una primera instancia no alcanzan a determinar qué quieren decir esas extrañas palabras, que en ocasiones resultan hasta difíciles para pronunciarlas. Tal el caso de MPBAFR, sigla con la que se identifica al Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson.

Las siglas están formadas por iniciales de términos que por lo general son complejos y extensos. Por ejemplo, en vez de decir o tener que escribir en numerosas ocasiones: Organización de Estados Americanos, decimos o escribimos OEA, ganando mucho tiempo y espacio.


Nos hemos hecho proclive al uso de distintos tipos de siglas, desde las que tienen lectura silábica, es decir que se leen tal y como se escribe, como ONU (Organización de las Naciones Unidas) u OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte); hasta las que son impronunciable y hay que leerlas con deletreo, tal el caso de FBI o DDT, que es el famoso "dicloro-difenil-tricoloroetano".


También hay otras siglas que se leen combinando ambos métodos como CD-ROM (Compact Disc Read-Only Memory).


En un intento por agruparlas, podríamos establecer que hay siglas para distintas actividades o disciplinas. Hay siglas que son específicas de áreas de gobierno, tanto provincial como nacional, como IPV (Instituto Provincial de la Vivienda) o Enargas (Ente Nacional Regulador de Gas). En el área de Educación, hay siglas a nivel académico como UNSJ (Universidad Nacional de San Juan), y otras del ámbito gremial como UDAP (Unión de Docentes Agremiados Provinciales).


En Economía distinguimos a la DGR (Dirección General de Rentas) o BSJ (Banco San Juan), y en materia de servicios OSSE (Obras Sanitarias Sociedad del Estado).


En el ámbito de la salud son numerosas las entidades u obras sociales que ostentan sus siglas, tal el caso de CSMP (Clínica de la Salud Medicina Privada) u OSP (Obra Social Provincia). También tenemos al CICR (Comité Internacional de la Cruz Roja) o la FIP (Federación Internacional Farmacéutica).


Hay que tener en cuenta que las siglas en su uso actual se escriben sin puntos ni blancos de separación. Sólo se escribe punto tras las letras que componen las siglas cuando van integradas en textos escritos completamente en mayúsculas, por ejemplo "PLAN DE REGULARIZACION DE LA A.F.I.P. (Administración Federal de Ingresos Públicos)".


Hay otro aspecto muy importante a tener en cuenta cada vez que utilizamos una sigla y es que la primera vez que se la escribe o se la menciona debe ser aclarada en totalidad. Esto constituye un principio básico para que el lector o el que escucha comprenda en el resto del texto de qué se está hablando.


La utilización de las siglas en títulos o textos cortos es uno de los problemas a los que nos enfrentamos. Si no es muy conocida o su uso es excesivo, puede llegar a ser un obstáculo para los fines que busca un buen título. Hace poco un prestigioso medio publicó: "La UOCRA adhiere a la CGT y marchará por calles de la CABA' (La Unión Obrera de la Construcción adhiere a la Confederación General del Trabajo y marchará por calles de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).


El tema es que cada vez hay más siglas en uso y, aunque esto parezca inevitable, hay que tratar de no abusar en su utilización si se quiere producir textos de mejor lectura y comprensión.