Días atrás leí que en la provincia de Mendoza, al término "chimbas" o "chimbero" le atribuyen erróneamente una serie de atributos peyorativos. Creo pertinente hacer una serie de aclaraciones, que producto del desconocimiento o de una ignorancia supina, generan interpretaciones erróneas o equivocadas, que se arraigan en el imaginario colectivo, con resultados mordaces. Primeramente hay que aclarar que la palabra o el topónimo "chimbas" es de origen quechua.

Dicen los especialistas que es casi imposible conocer con precisión el significado de un vocablo proveniente de lenguas un tanto desconocidas. Esto significa que no tiene traducción exacta o literal, solamente se puede decir con qué se relaciona. "Chimbas" no significa pedregal, como se expresa; los diccionarios especializados hablan de varias acepciones, como "zona fronteriza", "la otra banda" o "vadear el río". Todos estos conceptos se vinculan con la situación geográfica que tuvo o tiene el departamento, su cercanía al río, tema que en otrora tenía mayor relevancia por la existencia de otro brazo del río San Juan, llamado "Cañada Brava". Existen en Latinoamérica varios lugares que se denominan "Chimbas", por supuesto que también en la vecina provincia.

En antaño, la geografía de nuestra Chimbas era un sitio difícil de cultivar, pero que merced a grandes esfuerzos, principalmente los migrantes españoles, lograron transformar en una zona fértil. El área productiva por excelencia fue la localidad del Mogote, y es la que va quedando por el avance de la urbanización. La gente que llevó a cabo esta suerte de modificación del paisaje era trabajadora, portadora de la cultura del ahorro, mucha proveniente de los cortijos españoles. Ellos pudieron tener fincas y chacras, que les permitieron ascender socialmente.

Junto con este conjunto poblacional, se asentaron estratos sociales vistos en aquel tiempo como inferiores, como mestizos, mulatos y en general gente de pocos recursos o sin fuentes laborales. Estos pobladores, al no poseer dinero suficiente para adquirir propiedades, se situaron en esta zona donde había tierras disponibles, algunas poco aptas para el cultivo y otras indicadas para el laboreo agrícola. De ahí que los historiadores coinciden en afirmar que este tópico histórico originó la tendencia a calificar a los chimberos de una manera despectiva o con cierta ofensa.

Este desdén por sus habitantes lamentablemente no ha perdido vigencia y tal vez haya contribuido a ello otras cuestiones, como por ejemplo que en tiempos no muy lejanos en Chimbas se haya construido una cárcel. En el imaginario colectivo el emplazamiento de una correccional potenció la desconsideración hacia sus habitantes. Igualmente contribuyó a esta suerte de construcción cultural de la identidad del departamento los factores mediáticos. Es verdad que en Chimbas hay delincuencia, pero no es patrimonio de esta zona. Chimbas históricamente tuvo una importancia estratégica significativa, ya que era el sitio por donde se podía vadear el río. Chimbas tiene que ver con el anclaje del peronismo en San Juan, pues fue uno de los sitios donde se erigieron las primeras viviendas con techo de chapas de fibra-cemento, consecuencia del terremoto de 1944, no en vano el actual Barrio Laprida se llamaba "Barrio Coronel Perón".

Por último este departamento ha dado a la provincia y al país importantes personajes, que cumplieron o cumplen trascendentes roles. Ellos lo hicieron posible por su trabajo y honestidad. En Chimbas nació el padre Alfredo Ariza Espinar, también se relaciona con las raíces del Dr. Oscar González Valverde, el profesor Antonio Claro y por último, algo que parece que desconocen los mendocinos y es como una contradicción: uno de los hombres más importantes que hubo en Mendoza, economista de relieve y político probo, perteneciente a las filas del radicalismo, nació en Chimbas, era el Dr. Orlando Molina Cabrera, "chimbero", de vieja estirpe.

(*) Magíster en Historia.